Moncloa exprime el balón de oxígeno: “Hemos puesto en valor lo que se ha hecho”

Al Gobierno de coalición le colocaron un tiro a puerta con la moción de censura de Vox y lanzó hasta cansarse. Fue a ganar por goleada pese a que se trate de una victoria momentánea. Pero en estos tiempos convulsos, con unas elecciones autonómicas y municipales el 28 de mayo y unas generales en diciembre, tras muchas semanas de constante enfrentamiento entre el PSOE y Unidas Podemos, el Ejecutivo se regaló a sí mismo una imagen de unidad y horas y horas de debate para transmitir todo los detalles de su gestión. Aunque después sigan los líos.

En Moncloa, cuando por fin Santiago Abascal registró la moción y confirmó que Ramón Tamames sería su candidato, vieron una gran ventana de oportunidad en su celebración y se fijaron varios objetivos. Vender sus políticas, asimilar al PP con Vox y advertir de que Alberto Núñez Feijóo y algunas de sus aspirantes autonómicas sólo podrán gobernar gracias a la ultraderecha y fijar la idea clave de todo el año electoral: o el Gobierno de coalición o volver a las políticas de recortes. Se sumó después una propósito más: contribuir al lanzamiento de Yolanda Díaz como candidata a la presidencia para representar a toda la izquierda a la izquierda del PSOE al frente de la plataforma Sumar.

Todos los dan por absolutamente cumplidos. Según aseguran fuentes gubernamentales, “salimos fuertes y con el Gobierno cohesionado”. “Ha salido bien” y eso redunda, defienden, en beneficio del Ejecutivo. Se han “cumplido ampliamente las expectativas que nos habíamos planteado”. “Hemos conseguido que los ciudadanos conozcan mejor las medidas que hemos adoptado”. Ha sido “una gran oportunidad” para que contemos la acción del Gobierno, reiteran.

Horas para aburrir

En este sentido se dan por muy bien empleadas las casi tres horas de intervención de Pedro Sánchez, que contestó primero a Santiago Abascal -el presentador de la moción- y después al candidato. En esta segunda réplica, muy centrada en los pormenores de todo lo que se ha hecho, consumió una hora y 26 minutos. El discurso posterior de la vicepresidenta segundo se alargó también 65 minutos. Fuentes socialistas revelan que la extensión de sus discursos también fue algo premeditado para “matar de aburrimiento” a los promotores de la moción.

Desde Moncloa lo atribuyen solo a que se han tomado “con mucho respeto y rigor” el debate y por eso el presidente “le ha dedicado todo el tiempo que merecía”. “Hay que poner en valor lo que se ha hecho”. La gestión de “un Gobierno progresista frente a uno de la derecha y la ultraderecha”.

Esta fue la otra idea que Sánchez exprimió. En el Ejecutivo consideran que alertar de que Feijóo solo podrá gobernar si suma con Vox ayuda a movilizar a su electorado, un tanto desencantado por el continuo ruido que ha proyectado la coalición a lo largo de la legislatura. Y, a la vez, contribuya a frenar el trasvase de votos socialistas al PP. A algunos votantes más templados el dirigente gallego les puede parecer una alternativa sólida pero eso se esfuma ante la posibilidad de que dependa de la ultraderecha, consideran. Para Moncloa resulta “asombroso” que el PP “se permita el lujo de abstenerse”. De hecho la abstención ha sido el principal argumento contra Feijóo porque en la primera moción de censura de Vox, en octubre de 2020, Pablo Casado votó en contra. Tanto que el jefe del Ejecutivo lo ligó a un “pago anticipado· para favorecer futuros pactos de gobierno del PP y de Vox tras las autonómicas, como en Castilla y León. 

Presión a Podemos

Pero en toda la escenificación que el Gobierno diseñó para afrontar la moción, también hubo una importante vocación de presionar a Podemos para que alcance un acuerdo con Yolanda Díaz. Con ese interés se contribuyó a que la vicepresidenta segunda, que el 2 de abril anunciará oficialmente su candidatura en un acto en Madrid, tuviera protagonismo en la sesión e interviniera junto a Sánchez. El presidente es consciente de que parte de su éxito en las generales depende de que toda la izquierda a la izquierda del PSOE se presente bajo una sola marca. Díaz pidió tener este protagonismo y proyectar su figura presidencial y Moncloa aceptó, aunque oficialmente el mensaje es que se ha hecho lo mismo que en la anterior moción de Vox, en la que también habló Pablo Iglesias.

 

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