El base de los Portland Trail Blazers, Damian Lillard, confesó por qué nunca ha cambiado de equipo en una entrevista para el podcast The Old Man And The Three: “Siento que juego por amor al arte. Yo tengo una vida real”.
El californiano, que es toda una institución en Portland, aseguró que su familia es lo más importante: “Me voy a casa, juego con mis hijos, voy a casa de mi madre, estoy con mis primos, hablo con mi abuela por teléfono, me tiro charlando con mi tío toda la noche… Todo eso es algo regular. Cuando mi carrera acabe, vosotros no vais a hablar de mí”.
El natural de Oakland fue muy contundente a la hora de justificar por qué no se marcha a un equipo más competitivo: “Yo no tengo que probaros que quiero ganar un campeonato. ¿Por qué demonios iba a jugar si no? Entiendo que jugamos para ello y que lo queremos, pero no podemos actuar como si lo demás no importara nada. Como si el camino no marcara”. Así están las apuestas deportivas de la NBA.
Unos números meteóricos
Lillard está firmando unta temporada excelente en la NBA: promedia 32.2 puntos, 4.7 rebotes y 7.2 asistencias con un más que significativo 46.3% en tiros de campo y un 37.3% desde la línea de 6’25 metros.
La franquicia, no obstante, no está rindiendo tan bien: irrumpe como la 13ª clasificada en la Conferencia Oeste y sus probabilidades de disputar la postemporada son remotas. Se sitúa a cuatro partidos del play-in a falta de 10 fechas.