Rifaat al-Assad, tío del actual presidente de Siria, el autócrata Bashar al-Assad, blanqueó presuntamente a través de sociedades en Gibraltar y otros paraísos fiscales más de 700 millones de euros robados principalmente al Tesoro de su país. Tiene decenas de propiedades en España: chalets en Costa del Sol (Málaga), garajes y obras de arte, sobre todo. Ahora vive en Siria, adonde huyó tras ser juzgado y condenado a cuatro años de prisión en Francia por el blanqueo de otros 90 millones de euros en propiedades de dudoso origen.
Esta semana debía ser juzgado en España, pero el octogenario (85 años) ha alegado motivos de salud para no acudir a la sala tercera de lo Penal de la Audiencia Nacional. No hay prevista fecha para la reanudación del juicio.
“El acusado Rifaat al-Assad diseñó una estructura societaria con el objeto de adquirir en territorio español una serie de bienes inmuebles utilizando para ellos fondos de procedencia ilícita, ocultando su origen e integrándolos en la actividad económica con apariencia de licitud”, se lee en la acusación de la Fiscalía, a la que ha tenido acceso EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. “Para ello se valió no solo de personas que diseñaron tal entramado societario en Gibraltar, condenados a prisión y cuya licencia para operar fue retirada por las autoridades del Peñón en fecha 8 de febrero de 2010, sino también de los miembros de su familia”.
Para Rifaat al-Assad piden ocho años de cárcel y el pago de una multa de 2,7 millones de euros. Para ocho de sus familiares, seis años y 2,2 millones a cada uno. Ellos le hacían de testaferros, es decir, personas que se hacen responsables legales de un negocio que en realidad pertenece a otra persona. La Fiscalía pide que se confisquen todos los bienes muebles e inmuebles y las participaciones en todas las sociedades implicadas en las operaciones de blanqueo.
El Ministerio Público considera que Rifaat al-Assad estaba en la cúspide de una organización criminal “de carácter familiar” en la que había división de funciones y atribución de cometidos: sus familiares recibían un sueldo fijo por su “trabajo” de testaferros. Tanto es así que el acusado carece técnicamente de ningún bien reconocido. Rifaat al-Assad, que fue también vicepresidente del país desde 1984 hasta 1998, comenzó a crear esta trama de blanqueo en torno al año 1986, y la mantenia cuando empezaron a investigarle en España, en 2016.
Rifaat al-Assad y el partido Baaz
Rifaat al-Assad es miembro del partido Baaz en Siria. Ayudó a su hermano Hafez en el golpe de Estado de 13 de noviembre 1970, que le dio el poder este último. Hafez al-Assad convirtió a Siria en una tiranía dinástica. El poder lo heredó su hijo, el actual presidente sirio, Bashar al-Assad, que ha reprimido con puño de hierro un alzamiento de la población civil, primero, y mantiene una guerra civil abierta contra disidentes y yihadistas con la ayuda de Rusia.
Rifaat al-Assad controló durante décadas los servicios de información y las “brigadas de defensa”, la policía política que defendía al régimen. Participó en desapariciones forzosas, secuestros y extorsión de los oponentes políticos. Gracias a ello “comenzó una sistemática campaña de enriquecimiento irregular basado en cuatro ejes”, dice el fiscal: contrabando desde el Líbano; usurpación y venta de propiedades usurpadas; tráfico de obras de arte que obtenía de un “expolio sistemático del patrimonio histórico de siria, patrocinando excavaciones arqueológicas irregulares y vendiendo clandestinamente lo así obtenido”; y tráfico de hachís. Con esas actividades amasó una riqueza que la oposición siria estima en alrededor de 4.000 millones de dólares.
Empezó a comprar propiedades en España en 1986: 244 plazas de garaje a través de una sociedad gibraltareña. Siguió invirtiendo en inmuebles y negocios en la provincia de Málaga, especialmente en puntos estratégicos de la Costa del Sol.
Se calcula que las 507 propiedades adquiridas en nuestro país entre 1986 y 2005 tienen actualmente un valor de cerca de 700 millones de euros. Además de adquirir múltiples propiedades en la Costa del Sol, Rifat se hizo con la explotación de negocios como Hotel Park Plaza Suites, en Benabola, o el Plaza Beach Banús, añade la sentencia. La lista de propiedades es casi interminable.
Cuando en 2017 el juez de de la Audiencia Nacional José de la Mata empezó a interrogar a los hijos de Rifaat, residentes en España, estos confesaron que era si padre quien realizaba todas las operaciones de blanqueo a través de transferencias de sus cuentas en decenas de sociedades en Gibraltar: Kurosho Co. Ltd; Obadiah Ltd., Rosabel Holding Limited, Alambra Trust, Tulipa Holdings, etc… Al Assad tiene uno de los edificios más emblemáticos del Peñón que, en parte, estaba alquilado a oficinas gubernamentales de la colonia y empresas del juego online, informó en 2017 Noticias Gibraltar.
España no fue su único objetivo inmobiliario. Tiene en Reino Unido la residencia privada más grande después del Palacio de Buckingham.
Este juicio fallido ocurre en medio de las negociaciones diplomáticas de alto nivel entre Reino Unido y la Unión Europea, con la presencia y seguimiento de España y Gibraltar, para alcanzar un Tratado que defina las condiciones de integración del Peñón tras la salida de Reino Unido de la Unión Europea. Gibraltar es considerado todavía por España como paraíso fiscal, según la última lista publicada por Hacienda en febrero de este año. La Unión Europea ya no lo ve como tal.
Blanqueo en Gibraltar de la élite de Uzbekistán
Gibraltar ha aparecido estos días también envuelta en una trama de blanqueo de capitales de Gulnara Karimova, hija del expresidente de Uzbekistán, Islam Karimov, según un informe facilitado por Freedom For Eurasia publicado por la cadena británica BBC. Tiene un imperio inmobiliario que se estima en unos 230 millones de euros. Karimova, llegó a ser embajadora de su país en España, además de estrella de la música. Usó empresas pantalla en Reino Unido, las Islas Vírgenes y Gibraltar para ocultar su fortuna. Fue detenida por corrupción hacia 2014 y condenada en 2017.