La industria aérea global, y en concreto la hispanohablante, viene experimentado un tsunami que incluye sonadas quiebras, fusiones entre aerolíneas y nuevas marcas nacidas en un entorno de incertidumbre, como ha venido informando REPORTUR.
Entre las quiebras más recientes se encuentran la colombiana Viva Air y la mexicana Aeromar.
Viva Air inició su crisis durante la pandemia como toda la industria aérea, y pese a que el gobierno de Colombia no les dio el apoyo, decidieron endeudarse para salir a flote. Aunque los números mejoraban con la reapertura de vuelos, la guerra en Ucrania les generó las razones que la llevaron a la quiebra.
La devaluación del peso jugó un papel importante, pues la mayoría de deudas y pagos a proveedores son en dólares: por ejemplo, el combustible y el arriendo de aeronaves. Esa coyuntura económica resulta fatal financieramente no solo para Viva Air sino cualquier otra aerolínea en la misma situación, indicaron los expertos (Viva Air: las razones que la llevaron a la quiebra).
Por su parte, Aeromar anunció que derivado de serios problemas financieros, que se agravaron por la pandemia de covid-19, a partir de ayer dejó de operar en todas sus rutas, lo que significa el cese definitivo de sus operaciones, como le ocurrió a Interjet y Mexicana.
El equipo de la compañía realizó profundos ajustes financieros para mejorar su situación, sin embargo, en un entorno adverso, agravado durante la pandemia del coronavirus, las medidas tomadas no fueron suficientes para estabilizar la situación de la empresa (Aeromar se une a Mexicana e Interjet en la lista fúnebre de cierres).
El mercado aéreo también ha experimentado fusiones y adquisiciones en pro de la concentración como las firmadas entre Jetblue y Spirit; Iberia y Air Europa; y Jetsmart con Ultra Air, mientras otras están en proceso de fusión como Avianca con Viva Air.
La compra por parte de JetBlue de su rival, Spirit Airlines, fue un éxito porque la segunda estaba mucho más cerca de unirse a Frontier que a cualquier otro aspirante. Costó lo indecible a JetBlue, también en dinero, lograr el acuerdo.
Con todo, el gobierno de Joe Biden presentó una demanda contra la operación, diciendo que la unión de las dos compañías supondrá «precios más altos y menor oferta de asientos, dañando a millones de viajeros en cientos de rutas aéreas» (Biden, contra la unión de JetBlue y Spirit porque encarecerá precios).
Otra fusión no carente de obstáculos ha sido la de Iberia con Air Europa que finalmente avanza tras el acuerdo alcanzado entre las partes.
IAG, matriz de Iberia, absorberá a Air Europa, propiedad de Globalia, al abonarle 400 millones de euros por el 80 por ciento que aún no tenía y que seguía en manos del grupo de la familia Hidalgo. Con ello, reforzará al ‘hub’ de Madrid-Barajas como el principal aeropuerto para las conexiones entre Latinoamérica y Europa (Iberia absorbe a Air Europa al comprar el 80% que aún no tenía).
IAG pagará los primeros 200 millones de euros cuando reciba la aprobación de las autoridades de Competencia, y de ellos, 100 millones serán acciones ordinarias de IAG y los últimos 100 millones restantes los abonará en efectivo.
La matriz de Iberia pagará otros 100 millones en el segundo y en el tercer ejercicio después de que se apruebe la operación, algo que no se espera que suceda antes de 18 meses, dado que deberá pasar diferentes controles regulatorios, sobre todo referidos a la competencia y a la cesión de rutas para evitar situaciones de monopolio (Iberia- Air Europa: España tendría más peso que Bruselas en permitir la absorción).
Finalmente, Ultra Air acaba de anunciar la firma de la carta de entendimiento para la compra del 100% de las acciones de la aerolínea por parte de la chilena Jetsmart, en la cual acordaron los términos para dar inicio al proceso de Due Diligence.
“Después de un año de operación con éxito en el mercado colombiano, Ultra Air y Jetsmart Airlines han tenido la posibilidad de evaluar la oportunidad de adquirir el 100% de las acciones de la compañía Ultra Air. De este modo los representantes de las compañías han firmado este jueves 16 de marzo una carta de entendimiento, con la que se inicia un proceso de Due Diligence, que permitirá a Jetsmart conocer la información técnica y financiera que demanda este tipo de negociaciones. Se espera poder completar este proceso en los siguientes 30 días”, comunicó Ultra Air.
Por su parte, Avianca continúa con el proceso para absorber a Viva Air. Hasta el momento, lo que se ha confirmado es que la reorganización de Viva seguirá inclusive si se aprueba la integración con Avianca, la cual tendría que asumir $4 billones de deuda de la compañía quebrada (Avianca-Viva: Aerocivil definirá su integración a más tardar el martes).
El terremoto de la industria aérea ha dejado nuevas aerolíneas como la dominicana Arajet, que anunció 17 rutas hacia Estados Unidos y prevé duplicar su flota de Boeing 737 Max 8 en 2023, convirtiéndose en la bajo costo con los aviones más modernos que otras nuevas compañías del mismo segmento, como Ultra Air con Airbus A320neos, y Equair con Boeing 737-700 (Salto de Arajet: sumará 40 Boeing 737 Max, casi la mitad que Copa).
Para 2023 la compañía aérea espera abrir ocho nuevas rutas a destinos como Barbados, Belice, Brasil, Guyana, Honduras y Trinidad y Tobago. Asimismo, Arajet proyecta ofrecer más de 500.000 asientos a pasajeros en América del Norte, Central y del Sur y el Caribe.
Otra compañía de reciente creación ha sido la mexicana Aerus cuya sede es Monterrey, Nuevo León, y que prevé comenzar a operar en el primer trimestre de este año (Nace «Aerus», otra aerolínea mexicana tras el derrumbe de Aeromar e Interjet).
“Somos una aerolínea regional basada en Monterrey, que iniciará operaciones en el primer trimestre de 2023 en el noreste de México, cubriendo rutas nacionales y posteriormente internacionales”, se puede leer en su portal.
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