Ayuso cede ante los médicos para no llegar a la campaña con una guerra sanitaria

Isabel Díaz Ayuso ha echado mano de la cartera para frenar una crisis que daba alas a la oposición a escasas semanas de que comience la campaña electoral. A solo 15 días de que se disuelvan las cortes autonómicas, la presidenta del Gobierno regional ha decidido poner más dinero sobre la mesa para poder terminar su mandato con la crisis sanitaria resuelta y no entrar así en precampaña con la huelga de atención primaria a sus espaldas mientras en el resto de las comunidades autónomas poco a poco las protestas se han ido apagando.

Aunque parte del problema de estas últimas semanas ha sido que el Gobierno no aceptaba el incremento salarial lineal para todos los sanitarios, al final ha terminado aceptándolo, junto con otras medidas retributivas y organizativas. aunque en el acuerdo se justifique este incremento de 450 euros a todos los médicos y pediatras de atención primeria bajo el concepto de “categoría deficitaria”. La propia Ayuso apuntó tras conocerse el acuerdo que su intención era continuar mejorando la sanidad pública “sin escatimar en recursos” pero también “sin necesidad de huelgas”. Una vez cerrado este capítulo, el PP de Ayuso seguirá argumentando, como lleva haciendo desde que estalló la guerra sanitaria, que el problema no es solo de gestión autonómica o económica sino de falta de médicos en todo el país, y eso, insisten, es responsabilidad de Pedro Sánchez.

Del boicot al acuerdo

El Gobierno regional lleva tres meses argumentando que hay una intencionalidad “política” en esta huelga y la propia presidenta la ha tachado de boicot en varias ocasiones. La filtración de un audio de un miembro del comité de huelga, el pasado mes de diciembre, animando a sus compañeros a mantener la protesta hasta las elecciones autonómicas, les dio el argumento para sostener esta idea durante los últimos tres meses y, de hecho, este mismo miércoles desde la Puerta del Sol se seguía esgrimiendo esto mismo para insistir en que quien ha cambiado de posición ha sido el sindicato AMYTS, que ahora ha mostrado “predisposición por llegar al acuerdo” cuando hasta hace dos días no lo hacían, según fuentes del Gobierno regional.

La desconvocatoria de la huelga en estos momentos, justo antes de terminar la legislatura, permite a Ayuso presentarse a las elecciones con el argumento de una batalla ganada a pesar de que también el Gobierno ha tenido que ceder, pero el desgaste de las últimas semanas, aunque en Sol afirmen que el seguimiento de la huelga apenas rozaba el 1%, es evidente para la oposición. “Para nosotros, lo importante es que se ha llegado a un acuerdo ya, algo necesario para la inmensa mayoría de profesionales profesionales y sobre todo los pacientes”, explican en el entorno de la presidenta.

Lo cierto es que además de permitirle al PP quitarse el lastre de la huelga en las próximas semanas, el fin de la misma es también una manera de que el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, corone el final de esta legislatura sin conflictos y que su salto al Senado a partir del verano sea mucho más cómodo. Escudero ha vivido los dos gobiernos de Ayuso en un conflicto constante, pasando de la gestión de la pandemia a las turbulencias en la relación con la presidenta y de ahí a los problemas del sistema sanitario. De momento, las tres parecen superadas.

Recorrido durante la precampaña

En el partido líder de la oposición, Más Madrid, entienden que con la desconvocatoria de la huelga han conseguido contentar a los médicos que hoy están trabajando en la sanidad pública madrileña, pero presumen que “no va a ser suficiente” para atraer a más médicos a la Comunidad o retener a la próxima promoción de MIR. Y el problema, insisten, es que “faltan médicos y, sobre todo, pediatras”.

Aunque asumen que sin la huelga viva el debate sanitario será menos conflictivo electoralmente, defienden que es necesario una mayor inyección de recursos en la sanidad pública madrileña y reconocen que llegados a este punto, a la izquierda le viene mejor que el acuerdo se haya alcanzado ya, a casi dos meses de las elecciones, y no apenas unos días antes.

Vigilantes

A pesar del acuerdo, es previsible que los tres partidos de la oposición, Más Madrid, PSOE y Unidas Podemos, continúen con el ojo puesto en la sanidad pública, vigilantes junto con el sindicato AMYTS de que el acuerdo alcanzado, cuya redacción costó más de cinco horas de reunión, se cumpla. Sobre todo, como apuntaba la secretaria general de AMYTS, Ángela Hernández, al terminar la reunión de este jueves, porque los tiempos son muy justos si quieren que lo acordado se ejecute para finales de mayo, cuando se supone que deberían incorporarse los nuevos residentes.

Satisfacción de Ayuso

A pesar de que la oposición continúe pidiendo más para la sanidad, Díaz Ayuso llegaba este jueves a la Asamblea de Madrid con la idea clara de que la izquierda estaba sufriendo una de sus peores semanas mientras ella rezumaba satisfacción por el anuncio del preacuerdo para desactivar la huelga sanitaria.

Pero también por otros tres asuntos muy diferentes: la polémica en torno al bono social que ha terminado salpicando a su rival Mónica García, la amenaza de apertura del juicio oral sobre la alcaldesa y candidata del PSOE en Móstoles, Natalia Posse y, sobre todo y especialmente, porque la Fiscalía europea ha archivado la investigación sobre los contratos que la Comunidad de Madrid firmó durante la pandemia con la empresa en la que trabajaba su hermano.

 

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