Barbón asegura que la financiación autonómica será su primera exigencia si es reelegido presidente el 28-M

A poco más de dos meses de las elecciones autonómicas y municipales, el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, aprovechó este jueves el desayuno organizado en Madrid por El Periódico de España y La Nueva España, dos diarios de Prensa Ibérica, para proporcionar un poco de bálsamo calmante a la irritada política nacional, con un discurso que puso la mirada en sus vivencias en una legislatura convulsa para intentar, dijo, “romper el corsé centralista” y recordar que “hay vida más allá de Madrid”. 

Su visión podría suscribirla otros muchos dirigentes. Él, aficionado a la astronomía, tampoco vio venir en el cielo, una pandemia, la crisis económica que produjo, una guerra, el desabastecimiento de materias primas o la escalada inflacionista. “He gestionado el mandato más difícil de la política asturiana”, defendió, “y eso que en 40 años no lo ha tenido fácil”. “Ni los años de la reconversión industrial”.

Pero, pese a este cúmulo de desastres, Barbón cree que Asturias “ha pillado la buena ola” para abrir una “verdadera transformación” e impulsar un nuevo modelo económico. “Hemos pasado de la resistencia al liderazgo” que nos conduce, aseguró, a un “renacimiento industrial” en esta ocasión “verde, digital y sostenible”. En su primer legislatura, recordó, sólo ha tenido siete meses de calma, y, a partir de ahí, lo que ha pretendido es “elevarse” y “mirar a largo plazo”.

Este propósito, según reconoció, ha significado para él casi un “refugio” para permanecer aislado de la política madrileña, entendida como sinónimo de la política nacional, que, repitió, le “aterra”. “Mi lealtad es con Asturias”. Y, por ello, adelantó, que si después del 28 de mayo consigue el respaldo de los asturianos, su primera petición al Gobierno será la reforma de la financiación autonómica: “corremos el riesgo de que el estado del bienestar no sea sostenible”. Frente a regiones como la Comunidad Valenciana o Andalucía que defienden el criterio de población, Barbón sostuvo que es fundamental tener en cuenta la dispersión, la orografía o la despoblación.

Pero, aunque las encuestas le son propicias para continuar una legislatura más, avanzó que si no gobernara los siguientes esos cuatro años “estaría haciendo oposición”. “Constructiva no constructiva”, precisó. Como otros presidentes socialistas se siente molesto con el permanente “ruido” que viene de la capital, muchas veces del propio Gobierno y las tensiones entre los socios de coalición. Y tampoco le gusta nada, admitió, el estallido de la corrupción como el caso Mediador, las corruptelas en el Ministerio del Interior en la etapa de Jorge Fernández Díaz o el caso Cuarteles, destapado por el El Periódico de España. Según Barbón, al que las encuestas auguran una nueva legislatura, “la corrupción siempre afecta porque desmoviliza al electorado”. Pero la diferencia, apuntó, es “cómo se reacciona”, en alusión a que ha actuado el PSOE y el PP. “Los que cortan cabezas frente a los que pretenden tapar”, sintetizó.

La crisis de los túneles de trenes

Defensor de la gestión del Gobierno, el presidente asturiano no escondió su enfado por el problema con los trenes para renovar el Cercanías tanto en su comunidad como en Cantabria, que se encargaron con un diseño erróneo (no cabían en los túneles) y que ha acabado con la destitución del presidente del Renfe, Isaías Taboas, y con la ex presidenta de Adif, Isabel Pardo de Vera, que en estos momentos era número dos del Ministerio de Transportes. Afirmó que ha sido una “ofensa”. “Nos hemos sentido ofendidos”. Fue un “esperpento”, dijo, que la propia ministra lo desconociera.

Pero Barbón da la crisis por cerrada, no sólo por los ceses, sino porque el acuerdo “soluciona y salda la deuda”. “El retraso está ahí, eso no se puede negar” pero se ha aumentado de 10 trenes a 17, hay un compromiso de renovar toda la flota y de gratuidad hasta 2026. Hasta el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, que, según remarcó su homólogo asturiano, tiene mucha experiencia en negociaciones, salió “satisfecho”.

A las puertas también de la moción de censura de Vox con el economista Ramón Tamames como candidato, que el Congreso acoge la próxima semana, Barbón circunscribió este movimiento únicamente a la intención de Vox de “revitalizar su proyecto político”. Pero en lugar de “ser valiente” y defenderla, Santiago Abascal, ha escogido una “opción exótica. Dudo incluso que sea una balón de oxígeno para los socialistas. “No sé si le viene bien al PSOE pero no le viene bien al país”.

 

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