El Inter de Milán vuelve a ser uno de los ocho mejores equipos de la Champions League. Los ‘nerazzurros’ hicieron bueno el 1-0 de la ida y empataron sin goles ante el Oporto en Do Dragao, certificando la clasificación en un partido en el que pasaron apuros mayores sobre el final.
Los de Simone Inzaghi llegaron a Portugal con una deuda coyuntural e histórica. Porque en su presente temporada han flaqueado en Serie A, como su último partido ante el Spezia con derrota 2-1, y porque no pisa unos cuartos de final de Champions desde que lo hiciera en 2011. Más de una década de fracasos europeos.
Pero al frente tenían a un rival que ya plantó cara en la ida a pesar de su derrota. Y desde el principio del partido los de Sergio Conceição iban a dejar claro que, con el estadio de su parte, la cosa era a otro precio. Nada más al 3′ ya Onana tuvo que ponerse manos a la obra para sacar un remate lejano de Matheus Uribe.
No sería la última vez que apareció en el primer tiempo. El camerunés tuvo que volver a intervenir para desviar un remate dificilísimo de Eustaquio que se colaba en su portería. Y, donde no llegó él, Dimarco sí, deteniendo otro intento del Oporto tras una combinación que Evanilson remató dentro del área. El lateral italiano lo desvió con su pierna.
Tras el descanso el Inter tuvo un respiro al inicio de la segunda parte, aunque no lo mantuvo mucho porque los lusos siguieron su asedio. Grujic tuvo una con un remate cruzado raso que Onana alcanzó, ahogando el grito de gol de Do Dragao.
Pero donde más se contuvo la respiración fue en el añadido. Primero con el disparo de Marcano que Dumfries sacó en la línea cuando ya el reloj marcaba más de 90′, y luego con una doble ocasión insólita en la que el mismo central español y Grujic estrellaron dos pelotas en el larguero, sentenciando el 0-0 en la eliminatoria y la clasificación ‘nerazzurra’ a los octavos de final.
