Hace unos 46.000 años, cuando aparecieron los Homo sapiens al este de Europa, todo el continente estaba dominado por los neandertales. Poco a poco fueron ocupando todo el viejo continente, pero poco después de cruzar los Pirineos su fulgurante avance se frenó. Según la teoría de la frontera del Ebro, cuando llegaron a este río frenaron su expansión hacia el sur de la península, hace unos 39.000 años, convirtiéndose el suroeste de la península Ibérica en el último lugar donde habitaban los neandertales antes de su extinción. O al menos eso se creía hasta ahora.
Así lo atestiguan distintos estudios científicos, entre ellos uno titulado (Proceedings of the National Acacemy of Science), y publicado en la revista PNAS, según el cual hombre moderno (Homo sapiens) llegó al sur de la Península Ibérica hace 44.000 años, 5.000 años antes de lo que se había datado hasta ahora. Los datos aportados por esta investigación apuntan a que los humanos modernos quizá se encontraron con algunos grupos de neandertales a su paso por la península Ibérica, pero que por aquel entonces estos ya habían prácticamente desaparecido de aquel lugar debido a causas climáticas. Aquello provocó que durante unos milenios ambas especies convivieran en distintos territorios.
Este hallazgo se ha producido en el yacimiento de la cueva Lapa do Picareiro, en el sur de la localidad portuguesa de Fátima, donde los científicos llevaban tiempo buscando pistas sobre los orígenes de la presencia de los humanos modernos y los neandertales en la península Ibérica. Para datar la presencia de ambas especies, los investigadores estudiaron los vestigios la industria musteriense, típicamente neandertal, y la auriñaciense, empleada por Homo sapiens, y llevaron a cabo nuevas dataciones de fósiles de varios yacimientos europeos, como la cueva de Bajoncillo, situada en Torremolinos, Málaga.
Los Homo sapiens se expandieron rápidamente
Los estudios previos de los que se disponía hasta la fecha habían sugerido que los Homo sapiens reemplazaron a los neandertales en el sur de la península hace unos 39.000 años, pero las nuevas dataciones con radiocarbono desvelaron que este episodio tuvo lugar mucho antes de lo que se pensaba, y que fue un acontecimiento relativamente rápido (de entre unos 1.000 y 2.000 años de duración), similar a lo acontecido en el resto del continente.
Lukas Friedl, antropólogo de la Universidad de West Bohemia (República Checa) y coautor de la investigación manifestó que “la cuestión de si los últimos neandertales supervivientes en Europa fueron reemplazados o asimilados por los humanos modernos que llegaron es un problema sin resolver desde hace muchos años en paleoantropología. Las fechas tempranas de las herramientas auriñacienses de Picareiro probablemente descartan la posibilidad de que los humanos llegaran a un lugar ya desprovisto de neandertales desde hacía mucho tiempo. Y eso es muy emocionante”.