Un hito en la historia de la música

El 2 de julio de 1990 se produjo un hito en la historia de la música. El musicólogo estadounidense Harvey L. Sharrer se encontraba en Lisboa investigando documentos del Archivo Nacional de la Torre do Tombo y, al consultar un libro de los registros notariales del siglo XVI, descubrió, cosidos al forro de la tapa, dos fragmentos de pergamino del siglo XIV repletos de notaciones musicales y textos manuscritos en lengua vernácula. Había inscripciones a tres columnas y por las dos caras.

El profesor Sharrer no tardó en identificar siete cantigas de amor del cancionero galaico-portugués. Al compararlas con títulos de obras desaparecidas que los archivos atribuían a Don Denís, nieto de Alfonso X el Sabio y sexto rey de Portugal, se quedó boquiabierto: acababa de encontrar unas cantigas escritas por un rey, con las respectivas partituras musicales. «Se me llenaron los ojos de lágrimas al considerar la importancia del descubrimiento», escribió Sharrer posteriormente. El investigador había logrado una de las tareas más difíciles de la historia: recuperar de la Edad Media los ecos perdidos de la música y la lírica de un rey. Es además la fuente manuscrita portuguesa más antigua de la música profana.

Casi no se han conservado restos de canciones profanas medievales galaico-portuguesas. Hasta el descubrimiento del Pergamino Sharrer, solo se conocían las siete cantigas de amigo del trovador Martín Códax, descubiertas en 1914 en la biblioteca particular de Pedro Vindel. También estaban ocultas en la guarda interior de un libro del siglo XVIII.

Este artículo pertenece al número de Marzo de 2023 de la revista National Geographic

 

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