El Fraikin BM Granollers ya es matemáticamente equipo de octavos de final de la Liga Europea, tras derrotar este martes por 33-30 al KSE Balatonfüredi húngaro.
Los de Antonio Rama decidieron el encuentro en la segunda parte, en la que se mostraron superiores al conjunto visitante, que pudo llegar vivo al descanso y que, a pesar de la diferencia final, llegó a estar ocho goles abajo.
A tres jornadas para la conclusión de la primera fase, el cuadro vallesano tiene opciones de quedar primero de grupo, lo que le facilitaría el cruce de la siguiente ronda.
Los locales no querían dejar pasar su oportunidad de dar un paso definitivo en la clasificación para acceder a la fase de eliminatorias y, desde el principio, impusieron un ritmo altísimo de partido para castigar las pérdidas y el notable tamaño de los jugadores húngaros (4-2, min 6).
El Balatonfüredi, tras empezar el partido muy errático en ataque, fue aprovechando su considerable superioridad física para encontrar mejores situaciones de lanzamiento e igualar el duelo (7-7, min 13).
Dos goles consecutivos de Antonio García, que estaba cuajando un gran partido, permitieron al cuadro vallesano recuperar el mando y forzar el primer tiempo muerto pedido por el técnico visitante (10-8, min 15).
En el segundo tramo de la primera mitad las defensas continuaron siendo prácticamente inexistentes, por lo que ambos equipos encontraron portería con relativa facilidad. Un contexto que favorecía al Balatonfüredi, que estuvo mucho más sólido que en la ida y que llegó vivo al descanso (17-14).
Tras el paso por vestuarios, los goles de Yusuf Faruk, que lideraba el ataque del Granollers, frenaron el ímpetu inicial con el que salió un Balatonfüredi que dependía en exceso de los destellos del lateral Sretenovic y del central Szöllosi (21-17, min 35).
Antonio García, que tomó el relevo del lateral nigeriano y que estaba completando un partido excelso con nueve goles de nueve lanzamientos, impulsó a los de Antonio Rama a dar el primer arreón para intentar romper el partido definitivamente (27-21, min 41). Los seis goles de diferencia significaban la máxima del duelo y obligaron al técnico húngaro, László György, a detener la hemorragia.
El tiempo muerto no cambió el signo del partido y el Granollers encaró los últimos diez minutos con una renta clara, de siete y ocho goles, pero decidió no bajar el pie del acelerador. A pesar de las intervenciones de un inspirado Marc Guàrdia, que salió en la segunda parte, el Balatonfüredi pudo maquillar el marcador en el tramo final (33-30).