El ‘caso Vinicius’ se enquista y no tiene visos de solución

El ‘caso Vinicius’ se ha enquistado y no tiene visos de solución a corto plazo. En el Real Madrid no ven la manera de frenar la corriente de animadversión que ha ido creciendo hasta llegar a una situación que consideran insostenible. Temen, incluso, que el jugador pida marcharse harto de las patadas de los rivales, que ya hacen tácticas para anularlo ante la complacencia arbitral según denuncia el entorno madridismo, y de un racismo efervescente en el que solo se escuchan promesas de las entidades responsables, pero sin que se tome ninguna medida ni sanciones al respecto: de cinco denuncias, tres están cerradas y dos abiertas. En Mallorca volvió a ser objeto de esos ataques y escuchó gritos como “eres un p… mono”, con la consiguiente denuncia… para nada. Y es que, si no se han tomado medidas ya, todo el monte es orégano.

La preocupación en la casa blanca va en aumento con la situación de su jugador. Da lo mismos que el brasileño haya rebajado sus quejas, según los analistas, pero sigue con una actitud provocadora, que algunos justifican por ser diana de defensas que se agarran a eso para justificar sus marcajes. Vinicius ha creado un ambiente en su contra de difícil solución. Los árbitros se niegan a protegerlo por esa actitud quejica y provocativa que les complica la labor, y muchas veces la intentan zanjar con amonestaciones por protestar o por faltas similares a las que él recibe, pero que no castigan de la misma manera. Se siente perseguido por los rivales y por los colegiados por ser como es. Sabe que debe corregir esa actitud, pero es difícil cambiar del día a la mañana.

LÍDER EN FALTAS RECIBIDAS

Los datos le dan la razón que él descompensa con cajas destempladas ya sea revolviéndose, discutiendo o menospreciando a los rivales, o con gestos que no le favorecen como el último de besarse el escudo cuando se retiraba al descanso. Gestos que se vuelven contra él y que no son ajenos a los rivales, como dejó constancia Raíllo cuando le enseñó después el escudo del Mallorca que muchos han interpretado en un intento de que lo besara. Al brasileño le sobran estas actitudes también cuando le provocan como hizo Maffeo en tres ocasiones mofándose de sus lloros girando las manos sobres los ojos. Es una presa fácil en esas situaciones que, a sabiendas de que le perjudican, no acaba de corregir. Es el jugador que más faltas recibe en España y en Europa, pero no hay manera de parar esa dinámica.

Ancelotti también empieza a cansarse de una situación que “no favorece a nadie ni a Vinicius”, como reconoce Nacho. El italiano quiso defenderlo ante un rival que hizo 10 faltas a su jugador y las que Hernández Hernández ignoró pese a ser claras. “Lo que ha pasado no es culpa de Vinicius”, afirmó el italiano, mientras que en el club el cabreo es supino con el trencilla canario, sobre el que llueve sobre mojado. Valoró si poner una queja formal a la Federación por su actuación general, en un intento de quitárselo de encima de una vez por todas. Da lo mismo que los datos demuestren que Vinicius es víctima de la agresividad defensiva de los rivales, pero su mala fama y actitud le lastra ante los árbitros, que viven acomodados y alimentan la antipatía que genera.

 

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