Pocos países europeos han tenido tanto éxito en la reducción de la tasa de abandono escolar como Portugal en las últimas décadas. Si en 2001 esa cifra alcanzaba el 44,3%, en 2021 se redujo hasta el 5,9%, según datos del portal estadístico Pordata. Una reducción que tanto el Gobierno como los responsables educativos atribuyen a muchas causas, entre ellas la ampliación de la escolarización obligatoria hasta los 18 años.
Fue en 2009 cuando el Gobierno del entonces primer ministro socialista, José Sócrates, modificó la Ley de las Bases del Sistema Educativo, que hasta entonces fijaba la escolarización obligatoria hasta los 15 años. Aquel año, la tasa de abandono escolar en Portugal era cercana al 31%, aunque la tendencia a la baja de este indicador ya se estaba registrando desde años anteriores.
El sociólogo Luís Capucha, responsable del estudio que impulsó la reforma de la ley, explica que el país tomó algunas decisiones previas que facilitaron ese cambio. “El panorama cambió porque el mercado exigía trabajadores más cualificados y porque la oferta educativa empezó a apostar por la educación profesional”. Las escuelas de secundaria incluyeron cursos profesionales y se aceleró la reducción de la tasa de abandono.
Capucha asegura que Portugal amplió la edad de escolarización obligatoria porque, a pesar de que todavía estaba lejos de la meta europea del 10%, estaba logrando reducir cada vez más rápido la tasa de fracaso escolar. “Seguramente ampliar la edad hasta los 18 años dio un impulso muy grande a la reducción del abandono escolar”. Pero tras esta medida llegaron otras, como la flexibilidad de los currículos, la mejora de los procesos de evaluación y la reducción de alumnos por aula. Motivos que el Gobierno de António Costa ha dado para justificar la tasa de abandono actual, que se sitúa por debajo de la media europea.
El presidente de la Asociación Nacional de Directores de Agrupamientos de Escuelas Públicas (ANDAEP), Filinto Lima, comparte esa opinión. “El aumento de la escolarización obligatoria hasta los 18 años fue un paso muy importante, pero otros factores como la autonomía curricular de los colegios también han contribuido a reducir estos indicadores”, asegura el profesor, quien destaca que estas alteraciones de las leyes han tenido un impacto significativo en poco tiempo.
El presidente de la ANDAEP atribuye parte del éxito al trabajo de los profesores. “Tenemos profesores de excelencia en Portugal, muy capacitados y con mucha experiencia. No solo tienen una formación de base, sino que siguen con esa formación a lo largo de su carrera”, apunta Lima. Las luchas de los docentes -que se encuentran en pleno pulso con el Gobierno por una mejora de sus condiciones laborales- en los últimos años, también han sido determinantes para lograr estos objetivos.
A pesar de que la situación de cada país es diferente en el plano educativo, los expertos consideran que la ampliación de la edad de escolarización obligatoria es una medida que puede funcionar de la misma forma en otros estados de la Unión Europea. “No hay ninguna razón para que, en toda Europa, la escolaridad obligatoria no sea hasta los 18 años o hasta la conclusión de la secundaria para aquellos que lo hagan con 17 años”, asegura Capucha.
Sin embargo, el sociólogo defiende una medida más ambiciosa, que consiste en aumentar la formación previa a la entrada en la universidad. “La formación en competencias básicas que la educación tradicional no proporciona o la especialización tecnológica suplementaria, con impacto en la educación superior, podrían ser buenas formas para capacitar a todos los jóvenes europeos”, sentencia.