La crisis desatada en los últimos días a cuenta del posible salto de Begoña Villacís al PP se ha extendido a toda España en Ciudadanos. En todas las provincias reconocen “inquietud” y “desánimo” por lo sucedido y por la situación en la que queda el partido para afrontar unas elecciones que ya de por sí eran casi imposibles. La vicealcaldesa madrileña es con diferencia el principal activo político que tiene Ciudadanos dentro del municipalismo. Y la posibilidad de su marcha o los contactos con el PP (especialmente la reunión que mantuvo en los aledaños de Génova con Elías Bendodo, número tres de Alberto Núñez Feijóo) hizo al partido enfrentarse una vez más a la sensación de abismo.
El partido está roto y eso es un hecho. Pero, con todo, la nueva dirección nacional ha sido taxativa en sus intenciones: habrá papeleta de Ciudadanos en todos los ayuntamientos en el mes de mayo y no conciben coaliciones con el PP. Este fin de semana los candidatos que se presentan a las autonómicas y ciudades más grandes deben postularse. Entre ellos, estará Villacís. La situación más complicada se vive en Aragón, tanto a nivel autonómico como en Zaragoza capital. Por eso, el coordinador nacional del partido, el diputado navarro Carlos Pérez-Nievas, se desplazó hasta allí el viernes en busca de una solución.
Fuentes de Ciudadanos aseguran que es el territorio más complicado por la ruptura interna en el partido allí. Aseguran que el ex secretario de Organización, Fran Hervías (que Teodoro García Egea ya fichó para llevar a cabo la ‘OPA’ a Ciudadanos) tiene un control mayoritario de cargos y eso dificulta mucho tomar decisiones en firme.
El temor, de hecho, es que haya un boicot interno que ponga en dificultades al partido para tener candidatos. En todo caso, la incorporación de la vicealcaldesa de Zaragoza, Sara Fernández, a las filas del PP es una “evidencia”, según dicen en la dirección. Lo previsible es que la mayoría de concejales también lo hagan por su cercanía a Jorge Azcón, con quien han compartido gobierno y a pesar de su salto a la candidatura autonómica.
A esta situación se suman otras dos fugas al PP que en Ciudadanos ya dan por hecho: el vicealcalde de Oviedo, Ignacio Cuesta; y la de Alicante, Mari Carmen Sánchez. Son los nombres que en este momento la ejecutiva naranja cuenta con que pasarán a formar parte de las listas del PP y, de hecho, el partido ya movió ficha poniendo al frente a otros candidatos. En el caso de Alicante será el concejal de Urbanismo, Adrián Santos, quien concurra a las primarias.
Fue Feijóo el que hace días aseguró que 167 cargos de Ciudadanos ya se han pasado a su partido. En realidad, la inmensa mayoría (en torno a 160) lo hicieron bajo la anterior dirección, hace más de un año. En su etapa no ha habido apenas incorporaciones. La más sonada, la del alcalde de Badajoz, Ignacio Gragera. El partido naranja asegura que el relato del PP de desbandada “es exagerado” y que “ya no quedan tantas personas por irse”. Pero la sensación generalizada, en este momento, es la de un partido convertido en un auténtico solar.
La dífiicil gestión de la crisis de Villacís
El planteamiento que hizo Villacís en un video (explorar en cada municipio cómo concurrir, incluido compartir listas con otras plataformas o partidos, pensaba en el PP aunque no salió de su boca) no es nuevo. Muchos cargos anteriores lo han pensado o planteado ‘sottovoce’ e incluso dirigentes actuales lo respaldan. Pero, en ningún caso, como lo gestionó la vicealcaldesa: dos semanas después de la asamblea general y a espaldas de la dirección.
“El relato en el imaginario es el que es. Que Villacís se ha querido ir al PP y no ha podido. Que Ayuso no la quiere en sus filas y que ella no ha tenido la habilidad de hacerlo de otra manera”, sostiene con dureza un cargo relevante del partido con trayectoria.
En el núcleo duro de la vicealcaldesa, en cambio, se sacuden esos fantasmas. Reconocen el “poco acierto” de Villacís en su planteamiento y no haber calibrado tampoco la situación interna del PP, pero aseguran que ella “no pretendía cerrarse nada para sí misma” y que el encuentro con Bendodo respondía a aceptar después de muchos meses “una invitación a un café” para analizar la situación de los partidos. Villacís accedió también tras la mediación de un exdirigente de Ciudadanos que ahora está en la Junta de Andalucía.