La UEFA es especialista en tocar el violín cuando le interesa. A pesar de estar vigente el ‘fair play’ financiero en todas las competiciones europeas, nadie logra explicar ni entender que mientras en España los clubs se ven obligados a vender jugadores y activar palancas para hacer frente a la masa salarial de sus equipos, en Inglaterra un solo club pueda gastar en fichajes más que todos los integrantes de la Liga española juntos.
Lo del Chelsea clama al cielo: más de trescientos millones de euros gastados cuando sus ingresos a duras penas llegan a los quinientos. En esto el Barça (Laporta) y LaLiga (Tebas) coinciden y van de la mano: hay dopaje financiero y existen unas normas que no están unificadas. Un agravio comparativo como un castillo de grande.
Las reglas que velan por ese ‘fair play’ deberían ser exactamente iguales para todos, las mismas, y la FIFA tendría que supervisar con lupa las cuentas de todos los clubs, no solamente las Ligas de cada país de forma individual. Es muy fácil perder dinero y que después el rico de turno, o el estado propietario, lo reponga y no pase nada. El fútbol español está haciendo el gili.
