El raro gato de Pallas, también conocido como manul, que habita en las estepas de Mongolia, Siberia y Tibet, ha sido localizado por primera vez en las laderas del Everest, concretamente en el Parque Nacional Sagarmatha, de Nepal.
Según publica la revista especializada Cat New, recogiendo los resultados de una expedición de investigación al Everest, Tracie Seimon, de la Sociedad de Conservación de la Vida Silvestre (EEUU), recolectó muestras de heces esta especie en dos puntos diferentes del flanco sur del monte Everest, a alturas de 5.1190 y 5.110 metros, respectivamente.
“Ha sido algo fenomenal descubrir pruebas de esta rara e importante especie en la cima del mundo”, declaró Seimon. “El descubrimiento del gato de Pallas en el Everest arroja luz sobre la rica biodiversidad que hay en este remoto ecosistema montañoso y también amplía el área de distribución hasta ahora conocida de esta especie hasta el este de Nepal”, añadió.
El análisis de ADN de las muestras de heces recogidas en ambos sitios confirman que al menos dos gatos de pallas habitan el Monte Everest y cohabitan en el mismo territorio con el zorro rojo. Los investigadores hallaron restos de animales como pica y comadreja, que son una importante fuente de alimento para el gato de Pallas.
Anton Seimon recordó que el gato de Pallas está estrictamente protegido por la convención CITES que preserva determinadas especies de fauna y flora. “Esperamos que la confirmación de esta nueva especie genere conciencia sobre la diversidad de especies que habitan en este icónico sitio del Patrimonio Mundial”.
Dado que la cantidad de turistas que visitan el Parque Nacional de Sagarmatha y el propio Monte Everest ha aumentado drásticamente en los últimos años (han pasado de pocos miles en los años 70 a más de 50.000 en 2019), resulta sorprendente que el gato de Pallas haya pasado inadvertido en el parque hasta ahora.
Los científicos afirman que la genética de conservación y el muestreo ambiental son poderosas herramientas para descubrir y estudias especies escurridizas como es el caso de este gato. El uso de cámaras-trampa y la recolección de heces “ayudarían a definir mejor la población, el rango, la densidad y la dieta de los gatos de Pallas en el parque nacional”, afirmó el científico.
Un gato amante de las alturas y el frío
El gato de Pallas o manul es una especie de mamífero carnívoro perteneciente a la familia Felidae que habita en las estepas de Mongolia, Siberia y el Tíbet en alturas de hasta de 5.000 metros. Su abundante pelaje le protege del excesivo frío y viento que reina en estas regiones.
Es llamado gato de Pallas, porque fue clasificado por el zoólogo alemán Peter Simon Pallas, en 1776, quien lo denominó Felis manul. Recientemente, ha sido reubicado dentro del género Otocolobus —que antaño fuera creado para él—, siendo el único representante del mismo.
Este gato paticorto tiene el cuerpo rechoncho y macizo, y una cola anillada en negro, larga y peluda. Su pelaje es de color muy variable, desde el gris ceniza al rojizo. Las líneas negras atraviesan su cuerpo sin interrupción de un flanco a otro. Es el único ejemplo de esta coloración entre los félidos.
El manul es un animal solitario, generalmente amante de la poca luz, pues su hora preferida de caza se sitúa entre el crepúsculo y el alba. Se alimenta de picas y de pájaros. Cuando camina se le puede confundir con una marmota. Establece su refugio bajo una roca, y es el mejor trepador felino. Tiene de cuatro a seis crías de una camada, y un peso de adulto de entre 2,5 y 3,5 kilos.
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