El próximo 26 va a cumplir 56 años. Y sigue jugando a la pelota. De modo profesional, pero el crack sin tiempo no juega al fútbol, es algo más. Lo suyo es más profundo, tiene que ver con la infancia, con los sueños de niño que se prolongan más allá. Está sano, juega bien. Y disfruta lo que hace: un delantero formidable, único.
Kazuyoshi Miura tiene el récord del futbolista con la carrera profesional más larga de la historia, ya que actuó en cinco décadas distintas (1980-2020). En 2017, por caso, Miura superó el récord de Stanley Matthews como el futbolista profesional de mayor edad en actividad en anotar un gol.
Ahora, no se detiene. No lee qué fue de su vida: escribe el futuro. Quien fuera estrella universal del fútbol japonés, Kazuyoshi Miura, anunció este miércoles su traspaso a un club de la segunda división portuguesa, el Oliveirense, en donde jugará a préstamo.
Miura Kazu in the house! 😎#𝗨𝗗𝗢 #𝗦𝗼𝗺𝗼𝘀𝗨𝗻𝗶ã𝗼 #𝗢𝗥𝗲𝗴𝗿𝗲𝘀𝘀𝗼𝗗𝗮𝗨𝗻𝗶ã𝗼 pic.twitter.com/XcHWKTPI1p
— UD Oliveirense Futebol SAD (@oliveirense_sad) February 1, 2023
“Incluso si es un nuevo lugar, quiero trabajar duro para mostrar a todo el mundo el tipo de juego por el que soy conocido”, declaró en un comunicado publicado por el Yokohama FC, club de la segunda división japonesa, su último paso.
Miura, apodado “King Kazu” en Japón, comenzó su carrera en 1986 con el club brasileño Santos y jugó 37 temporadas profesionales. Luego de Brasil, Japón, Italia, Croacia y Australia, Portugal es el sexto país en el que mostrará sus destrezas.
La sociedad propietaria del Yokohama adquirió en noviembre una participación mayoritaria del Oliveirense, un club del centro de Portugal. Miura se unirá a Christian Kendji Wagatsuma Ferreira, un brasileño de origen japonés, quien era apodado “Kazu” cuando era joven.
El año pasado, Yokohama lo había cedido a Suzuka Point Getters, club de la cuarta división, entrenado por su hermano mayor, Yasutoshi. Miura había marcado dos goles, un penal y un cabezazo, en 18 partidos. Ahora, afirmó querer jugar hasta los 60. O más… Tras irse a Brasil en 1982, fue fichado por Santos, el club histórico del Rey Pelé, cuatro años después, antes de regresar a Japón en 1990. Antes, empezó su aventura en Juventus, una pequeña entidad de San Pablo.
Como un héroe de historietas. Así fue presentado Kazu Miura 🇯🇵 en Oliveirense, de la 2ª División de Portugal 🇵🇹. Cumplirá ¡56! años el 26/2.pic.twitter.com/y5OQ0l3si8
— VarskySports (@VarskySports) February 1, 2023
Se convirtió entonces en uno de los jugadores más famosos de Asia y contribuyó a hacer conocer el fútbol japonés tras el lanzamiento de la J-League en 1993. Pero pese a sus 55 goles en 89 partidos con la selección, no fue incluido en el equipo nacional en su primera participación en un Mundial, en Francia 1998.
Con respecto a su retiro, la leyenda japonesa afirmó en 2021 que su ambición es continuar jugando, más allá de las marcas que pueda seguir quebrando. “Creo que nunca dejaré el fútbol. No sé cuanto tiempo seguiré jugando. El retiro podría ser mañana, o dentro de dos o tres años”, analizó.
Kazu Miura, siempre detrás de la pelota (Twitter/)
Alternó el fútbol japonés con breves estadías, casi siempre de una temporada o menos, en Genoa, Dinamo Zagreb y hasta el Sydney FC australiano. Logró la Copa Asiática en 1992, pero nunca defendió los colores de los “Samurai Blue” en un Mundial de fútbol, aunque sí en uno de fútbol sala, ya que en 2012 disputó con Japón el campeonato del mundo de este deporte.
Obtuvo varios trofeos, individuales y colectivos. Cuatro ligas y cuatro copas japonesas con Kawasaki Verdy y una liga croata, con el Croatia Zagreb (el actual Dinamo Zagreb). Oliveirense ocupa la 13ª posición en la segunda división lusa. El entrenador del equipo, Fábio Pereira, comentó recientemente la posibilidad de adquirir a Miura y sostuvo: “Será tratado como un jugador de 20 años”.
En el club portugués, fue presentado como si fuera el protagonista de un cómic. Un personaje entrañable y divertido de una historieta, con la obsesión de seguir marcando goles. Suma 221 en clubes. O algo superador: demostrar que se puede, que el documento es apenas una parte de la realidad.