El Papa en el Congo: “Hagan callar las armas”

“Hagan callar las armas, pongan fin a la guerra. ¡Basta! ¡Basta de enriquecerse a costa de los más débiles, basta de enriquecerse con recursos y dinero manchado de sangre!”. Desde el Congo, el papa Francisco ha criticado de esta manera este martes las multinacionales y dirigentes locales que expolian las riquezas de África y arman a sus ciudadanos, en una arremetida cada día más fuerte contra los que considera de responsables de plagas como el hambre, la desigualdad y las guerras que aquejan al continente africano. 

“Dirijo un vehemente llamamiento a todas las personas, a todas las entidades, internas y externas, que manejan los hilos de la guerra en la República Democrática del Congo, depredándola, flagelándola y desestabilizándola”, ha afirmado Francisco. “Ustedes se están enriqueciendo por medio de la explotación ilegal de los bienes de este país y el sacrificio cruento de víctimas inocentes”, clamó.

El Papa se ha pronunciado así en Khinsasa después de oír los testimonios de cuatro víctimas del conflicto en la nunciatura del Vaticano en el país, lo que incluyó relatos de mutilaciones, violaciones y masacres. Testimonios estremecedores del conflicto que se ha reactivado con los enfrentamientos en el país entre el Ejército y diversas milicias. 

Cortado en pedazos

”A veces, mezclaban cabezas de personas con carne de animales. Era nuestra alimentación cotidiana”, refirió Emelda M’karhungulu, quien también contó su experiencia como esclava sexual. Mientras que otra víctima, Ladislas Kambale Kombi, de 16 años, afirmó haber asistido, sin poder hacer nada, al asesinato de su padre, “cortado en pedazos”, según el relato recogido por la agencia AFP.

“Ante la violencia inhumana que han visto con sus ojos y experimentado en su propia carne, nos quedamos impresionados. Y no hay palabras; sólo llorar, permaneciendo en silencio”, respondió entonces Francisco. “Sus lágrimas son mis lágrimas, su dolor es mi dolor”, prosiguió el pontífice, al pedir también “perdón por la violencia del hombre contra el hombre”.

Al hilo de este razonamiento, Francisco volvió a señalar a los que ve culpables de esta situación. La guerra ha sido “desatada por una insaciable avidez de materias primas y de dinero, que alimenta una economía armada, la cual exige inestabilidad y corrupción”, consideró Francisco. “Causa vergüenza e indigna saber que la inseguridad, la violencia y la guerra que golpean trágicamente a tanta gente, son alimentadas no sólo por fuerzas externas, sino también internas, por intereses y para obtener ventajas”, criticó, en otro momento de su visita.

El perdón

Unas palabras inusualmente duras, y claras, que llegaron después de que horas antes el Papa fuera acogido en una colorida y multidinaria misa (de más de un millón de personas), en la explanada del aeropuerto de N’dolo de KhinsasaUn acto durante el cual Francisco hizo un discurso mayormente centrado en la idea del perdón

“En un mundo abatido por la violencia y la guerra, la paz nace cuando las heridas sufridas no dejan cicatrices de odio, sino que se convierten en un lugar para hacer sitio a los demás y acoger sus debilidades”, dijo desde allí. “No se trata de dejarlo todo atrás como si nada hubiera sucedido, sino de abrir a los demás con amor el corazón”, añadió Francisco, en un gesto que se desconoce cuántos escucharán.  

 

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