Exactamente un año después del día que Tom Brady anunciara su retirada, el legendario quarterback de la liga norteamericana de football (NFL) volvió a hacerlo. Hasta para eso ha sido extraordinario Brady, capaz de jugar con las líneas temporales del universo. Pero esta vez su ‘adiós’ parece definitivo, no como aquel martes 1 de febrero de 2022, en el que comunicó que se iba para apenas un mes y medio después decir aquello de que “el trabajo no está acabado todavía” y disputar su vigesimotercera temporada como profesional.
“Iré al grano de inmediato. Me retiro para siempre”, remarcó el jugador ayer en las redes sociales a través de un vídeo corto en el que aseguró que, “puesto que uno solo escribe un discurso de despedida una vez en la vida”, iba a leer el mismo texto del año pasado. “Muchas gracias a cada uno de vosotros por apoyarme a mí, a mi familia, mis amigos, compañeros de equipo, mis rivales… Podría continuar para siempre, pero hay demasiados. Gracias, chicos, por permitirme vivir mi sueño absoluto”, expuso Brady, visiblemente emocionando mirando a cámara.
Brady cuelga el casco “para siempre” a sus 45 años después de más de media vida en la NFL (23 años) y deja atrás un legado que permanecerá siempre en la memoria de los aficionados, la mayoría de los cuales no dudan en calificarle como el ‘GOAT’, denominación norteamericana para ‘el mejor de todos los tiempos’.
UN HOMBRE RÉCORD
Su currículo, desde luego, sostiene esa teoría prácticamente con una sola mano, ya que nadie, nunca, ni siquiera una franquicia, ha ganado mas Super Bowl que él (7). Sus primeros seis anillos los conquistó con los New England Patriots (2001, 2003, 2004, 2015, 2017 y 2019), para los que jugó 20 campañas a las órdenes del inclasificable Bill Belichick. El séptimo título de campeón cayó como fruta madura ya en Tampa con los Buccaneers en 2021, a los que llegó para su particular último baile.
Brady deja la NFL como el jugador con más yardas de pase entre temporada regular y playoff (102.614) de toda la historia de la liga y también como el que más pases de touchdown ha dado (737). En las vitrinas de su casa lucen, además, cinco MVP (premio al mejor jugador) de la Super Bowl y tres de la temporada regular, entre otros múltiples trofeos.
Es difícil de explicar, pero Brady nunca tuvo el brazo más fuerte de la NFL. Ni siquiera el más preciso. Ni fue, quizás, el quarterback más talentoso de su generación (salió elegido en el puesto 199 del draft de 2000). Lo que le ha convertido en una absoluta leyenda de la liga ha sido su temple, su espíritu guerrero, su genética ganadora, ese colmillo afilado que no suelta a la presa cuando huele sangre. La inolvidable remontada que lideró en la Super Bowl LI con los Patriots frente a los Atlanta Falcons es la representación perfecta de su carácter forjado a fuego y martillo. Su obra maestra.
Ahora, el futuro de Brady estará ligado a la televisión. Concretamente, a la cadena ‘FOX’, con la que tiene un contrato firmado de 10 años por 375 millones de dólares para analizar partidos de la NFL. Y si se cansa, siempre puede volver. ¿Por qué no?