Qué pasó. Los resultados provisionales del censo hecho el año pasado y difundidos ayer visibilizaron que en el país hay 8293 personas que se autoperciben como “no binarias”. Es algo así como el 0,02 % de la población del país, que tiene 46 millones habitantes (51,76% mujeres, 48,22% varones y 0,02 no binario).
Es la primera vez en la historia que un censo nacional incluye una pregunta sobre la identidad autopercibida, aplicando la ley 26.743 de Identidad de Género, que meses atrás cumplió 10 años desde su aprobación.
¿Provincias con ninguna persona no binaria? En porcentaje, la provincia con mayor representación de población no binaria resultó ser Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, con un 0,09% de la población no binaria. La siguió Neuquén, con 0,04% de la población no binaria; la ciudad de Buenos Aires, Jujuy, Tucumán y San Juan con un 0,03% de su población no binaria. Por su parte, Chaco y La Pampa arrojaron un 0% de población no binaria en su territorio.
“Vamos a tener un informe específico sobre identidad de género”, se atajó Marco Lavagna, titular del Indec, durante la conferencia de prensa que encabezó ayer y durante la cual presentó los datos. “Vamos a estar analizándolo y vamos a publicar un informe sobre personas no binarias”, prometió.El sociólogo e investigador Pablo De Grande consideró que podría existir un subregistro y lo atribuyó a una cuestión metodológica: “Resultó extraño que esa pregunta haya estado al principio del cuestionario y no al final. No se abre así una conversación o una encuesta con un dato tan personal”.No se sabe, además, cómo es la distribución por edades de esta población. En ese sentido, se espera que haya mayor concentración entre jóvenes.
Por qué es importante el resultado del censo. Distintos referentes coinciden en que la no binaria es una de las identidades más invisibilizadas y sobre las que pesa un mayor desconocimiento. De hecho, son muchos los prejuicios y las falsas creencias vinculadas a la misma. El censo es un primer paso para, justamente, darle visibilidad a esta comunidad e informar a la población sobre la identidad de estas personas.
¿Qué es ser una persona no binaria? “Lo más simple para explicarle a alguien es: soy un ser humano. No soy un hombre, no soy una mujer. Eso es ser no binarie”, detalla Mérida Robin Masman, joven activista en espacios no binarios e integrante de la agrupación Siendo Humanes.
En otras palabras, las personas no binarias son aquellas que no necesariamente se identifican con los géneros masculino o femenino. Pueden fluctuar en su género, ser ambos, ninguno u otros que rompen con el binario. El abanico es enorme. En esa línea, Mérida explica que lo no binario es un paraguas que abarca un montón de identidades y sentires, un espectro que va desde lo marcado como mujer, a lo marcado como hombre. “Muchas personas lo creemos como único a nuestro género: es como cada quien lo siente”, resume Mérida.
¿Todas las personas no binarias tienen la misma orientación sexual? No. Adrián Helien, coordinador del Grupo de Atención a Personas Transgénero (Gapet) del Hospital Durand, explica que ubicarse fuera del binario varón/mujer no implica tener una orientación sexual específica: el mismo arcoíris de diversidad de género tiene un correlato en la diversidad de orientaciones sexuales.
“Es habitual en estas personas el cuestionamiento de la orientación sexual más allá del binario heterosexual/homosexual. La persona puede ser homosexual, heterosexual, bisexual, pansexual o incluso asexual, puede tener relaciones con varones, mujeres o personas trans. Se trata de establecer relaciones afectivas que empiezan a quebrar el binario heteronormativo de la orientación sexual”, detalla Helien.
¿Qué pronombres utilizan estas personas? Es común que se asocie a las personas no binarias con el pronombre neutro: “elle”. Sin embargo, se trata de una elección sumamente personal, ya que otras se identifican con los pronombres masculinos o femeninos. Además, el uso de pronombres no es único ni estático, sino que puede variar o incluir a más de uno. Por ese motivo, nunca debemos asumirlos.
Cuando conoce a alguien, una de las primeras cosas que Mérida pregunta es: “¿Con qué pronombre me dirijo a vos?”. “Decidimos que nos traten y nos llamen como nos sentimos más cómodes. En mi caso utilizo el neutro, pero en algunos espacios usé otros pronombres y en distintos períodos de mi vida fui variando”, cuenta Mérida.
¿Andrógino es sinónimo de no binario? No. La expresión de género (es decir, la forma en que nos mostramos al mundo a través de nuestra ropa, gestos, nombres, etcétera), no tiene nada que ver con la identidad de género (cómo nos autopercibimos) ni con nuestra orientación sexual (hacia dónde se dirige nuestra atracción física o emocional).
Por eso, por ejemplo, que una persona use barba, no quiere decir que se identifique con el género masculino; o si usa vestido, que se autoperciba como mujer. En su caso, Mérida dice que su vestidor es “una licuadora de géneros”. Si bien algunas personas no binarias pueden tener una expresión andrógina, otras no. “Hay quienes tienen una expresión de género más cercana a lo considerado socialmente como masculino o femenino, pero el abanico de posibilidades en la forma de expresarnos es muy grande”, señala Mérida.
¿Qué baño usan? Mérida responde: “Idealmente, vamos a ir al baño al que nos sintamos cómodes. Sino, al que nos permitan. Me pasó incluso en instituciones públicas, gubernamentales, ser echade de los dos baños o que me dijeran cosas por mi vestimenta”. Se trata de una forma de violencia que las personas no binarias experimentan a diario.
¿Qué implica que el género no binario sea reconocido en los DNI? La medida anunciada en julio de 2021 llegó luego de que decenas de personas en todo el país obtuvieran por la vía administrativa o judicial la rectificación de sus partidas de nacimiento para no consignar el género o registrar otra identidad por fuera de la norma binaria de femenino/masculino.
Esto implicó que la Argentina se convirtiese en el primer país de la región en la ampliación y reconocimiento de estos derechos. “Hay un montón de gente que no podía tener su identidad reconocida por el Estado o que ni siquiera podía tramitar su DNI. A partir de ese cambio, para estas personas es mucho más sencillo tramitar cuestiones básicas como un alquiler, firmar un contrato de trabajo, inscribirse en una escuela, en la universidad o incluso viajar”, explica Ricardo Vallarino, director ejecutivo de 100% Diversidad y Derechos. Y agrega: “Este tipo de reconocimientos funcionan como promociones de derechos gigantescas, porque empieza a ser más legible socialmente que el género es algo más fluido y con más matices de lo que veníamos pensando. Nuestra experiencia es que cuando esto sucede disminuye el hostigamiento, la discriminación en el acceso a todo tipo de derechos y la violencia”.
La norma se ajusta a la ley de identidad de género, que en su artículo 2° define: “Se entiende por identidad de género a la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo.” Por otro lado, en su artículo 3°, subraya: “Toda persona podrá solicitar la rectificación registral del sexo, y el cambio de nombre de pila e imagen, cuando no coincidan con su identidad de género autopercibida”.