La Mesa Nacional de Juntos por el Cambio emitió un duro comunicado en el cual, entre otras cosas, advirtió sobre el “delicado escenario de fragilidad financiera” que dejaría el Gobierno, dado que el endeudamiento del sector público “tuvo un aumento récord y creció ya a US$83.000 millones, disparando una crisis de financiamiento en pesos que tuvo su epicentro en junio de 2022″.
“El Banco Central se vio obligado desde entonces a comprar deuda pública por el equivalente a 2,3% del PBI, burlando los límites al financiamiento al Tesoro que fija su Carta Orgánica. Por su parte, el Tesoro Nacional comenzó a ejecutar sucesivos canjes de deuda que maquillan la falta de financiamiento genuino, a fin de evitar un nuevo default o una mayor monetización de la deuda pública”, señaló la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio vía Twitter y agregó que, a pesar de la negación del Gobierno, “esto ha puesto al país ante un delicado escenario de fragilidad financiera que eleva el riesgo de una salida caótica”.
Comunicado de la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio 👇🏼 pic.twitter.com/nGFyKXJfr5
— JxC Juntos por el Cambio (@juntoscambioar) January 28, 2023
Según cálculos de la consultora Fernando Marull y Asociados (FMyA), el Gobierno enfrentará este año vencimientos de deuda nominada en pesos (a tasa fija, ajustable por CER, dólar-link y por bonos duales) por alrededor de $18 billones. De ese total, $11,6 billones se encuentran en manos del propio sector público (BCRA, Anses) y $6,6 billones están en poder de inversores privados.
Mientras que el roll-over de la deuda intra sector público está prácticamente asegurado, el mercado se mantiene atento a lo que sucede con los vencimientos con tenedores privados. Buena parte se concentra en los meses anteriores a las PASO. Y el segundo trimestre se perfila como el más exigente del año, ya que en ese período llegará cerca de la mitad de los vencimientos totales con privados: en abril vencerán $1,3billones ($300.000 millones de deuda CER, $466.000 millones dólar-link y $600.000 millones a tasa fija); en mayo, otros $947.000 millones, y en junio, $1billon (incluyendo el primer vencimiento de bonos duales, por $430.000 millones).
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“Si el Gobierno saldrá o no airoso de estos meses dependerá en buena medida de que sostenga la demanda de bonos en pesos con vencimiento en fechas posteriores a las PASO”, dicen en FyMA. Y sostienen que no debería enfrentar dificultades, a menos que haya una corrida contra la deuda en pesos como la que hubo a mitad de 2022, o que exista alguna declaración de un candidato insinuando un posible reperfilamiento.
“De todas maneras, lo que suceda con la deuda en pesos luego de las elecciones depende crucialmente de cuáles sean los planes del candidato que emerja de las PASO como favorito para levantar o no el cepo cambiario. Puntualmente, si se impone un candidato más favorable a eliminar todos los controles cambiarios al comienzo de su gestión, entonces algún ruido en la deuda en pesos luciría inevitable; sin reperfilamiento, se volcarían más pesos al mercado susceptibles de ser convertidos a dólares, resultando en una suba violenta del tipo de cambio y de la inflación. En cambio, si se impone un candidato favorable a una remoción más gradual del cepo, el panorama para la deuda en pesos luciría más alentador”, vaticinaron desde la consultora.
Más advertencias
Más allá de la situación de la deuda en pesos, la Mesa de Juntos por el Cambio también resaltó que, si bien el déficit fiscal bajó, esto fue “gracias al atraso de jubilaciones y salarios por inflación”, que “el déficit cuasi-fiscal del Banco Central aumentó” y que el financiamiento monetario al Tesoro “continuó por canales poco transparentes, alcanzando en el último trimestre del año [2022] casi $800.000 millones, equivalentes a casi 20% de la base monetaria o al 1% del PBI”.
Por otro lado, los dirigentes de la oposición dijeron que la deuda del Banco Central creció y que ya supera los $10 billones (o el 12% del PBI) y el pago de sus intereses obliga a imprimir billetes por el equivalente a una base monetaria cada 6 meses. “Como consecuencia de esto, la brecha cambiaria se sostiene en torno al 90% y los dólares, que para la compra de insumos escasean y se distribuyen discrecionalmente, alcanzan para una improvisada y dudosa recompra de deuda pública con vencimientos lejanos, que compromete las pocas reservas netas remanentes a expensas de la producción, el trabajo y el crecimiento en 2023″, sumaron en referencia al anuncio del ministro Sergio Massa.
“El Gobierno del Frente de Todos ha decidido repetir la estrategia que tanto daño les hizo a los argentinos en el pasado, postergando las soluciones de fondo y recurriendo a medidas de corto plazo que alargan la mecha al costo de agrandar la bomba”, concluyó el comunicado.