Machismo en el instituto: ¿por qué los adolescentes se atreven más con las profesoras mujeres?

“El error es pensar que en los colegios e institutos podemos crear fuego nuevo -señala el psicólogo especializado en salud mental infantil y juvenil Roger Ballescà-; creer que podemos educar a niños en el feminismo y la igualdad y así tendremos una sociedad feminista y justa”. Y sigue: “Eso es una fantasía; las cosas no funcionan así. Los chicos absorben los comportamientos y las actitudes sociales; si estamos en una sociedad violenta y machista, ellos reproducen esas conductas”, sentencia el coordinador del Comité de Infancia y Adolescencia del Col·legi Oficial de Psicologia de Cataluña.

“La figura del hombre se ve como una autoridad, y la de la mujer, no tanto”, reflexiona Roser Calvet, profesora de secundaria

Con este razonamiento lógico explica Ballescà la realidad descrita por infinidad de profesores de instituto: los alumnos, chicos, faltan más al respeto a las profesoras, mujeres. No se trata de generar alarmismo, generalizar, ni dramatizar, pero sí de poner el foco en algo que existe y que se ha normalizado. “Es una cuestión de autoridad. La figura del hombre se ve como una autoridad, y la de la mujer, no tanto”, señala Roser Calvet, profesora de secundaria, quien añade que las profesoras, mujeres, tienen que que demostrar mucho más su valía frente a los chavales, algo que a un hombre no se le exige.

“Para muchos chavales ser machista es su manera de ser antisistema, algo inherente a la adolescencia”

La violencia verbal en los institutos ha existido siempre, pero el preocupante repunte machista entre los jóvenes está afeando la situación en muchas aulas. “Está subiendo vertiginosamente la falta de respeto a las profesoras. Chicos que se muestran abiertamente machistas y se atreven incluso con profesoras súper rodadas”, reflexiona el docente Dani Cortijo, quien apunta que hoy, ser machista está considerado por muchos chavales como ser antisistema, algo inherente a la adolescencia.

En paralelo y muy vinculado a esta situación, no son pocos los docentes que hablan de la pérdida de autoridad que está viviendo su figura, algo que algunos relacionan directamente a la precariedad del sistema educativo. Consideran que si te obligan a dar clases de todo, de temas que no controlas, eso provoca que dejes de generar aquella admiración en el alumnado.  

Ese cuestionamiento de la figura del profesor ha sido uno de los motivos por los que el sindicato de profesores de secundaria Aspepc llamó a la huelga educativa de este miércoles. “El problema es que hay una Omertá. Una especie de ley del silencio que niega el deterioro de la convivencia en los centros a través de la negación de la indisciplina. Es algo que en el plano teórico no existe, pero la situación está muy deteriorada”, afirma Xavier Massó, portavoz del sindicato, quien pone sobre la mesa la existencia de una “indisciplina sistémica“.

Revictimización

“El insulto al profesor es ya una característica que se ha normalizado, y ante esto el Departament d’Educació el único mecanismo que ofrece es la mediación, una mediación que pone en un plano de igualdad al agredido y al agresor, algo que también pasa en los casos de bullying, provocando que muchas veces sea el alumno agredido el que acabe marchándose del centro mientras el agresor se queda allí”, critica Massó, quien señala también la revictimización que viven los profesores agredidos, a quienes se les hace sentir culpables por no saber controlar la clase. Como Calvet y Cortijo, Massó coincide en que las faltas de respeto son más habituales hacia las docentes (mayoría en un sector muy feminizado).

“A veces se transmite la sensación de que el límite es una cosa negativa, algo punitivo, y el límite forma parte de la experiencia de vivir”, apunta el psicólogo Roger Ballescà

Ballescà señala otra cuestión a sus ojos definitiva: el papel de padres y madres. “En los últimos 50 años hemos pasado de familias en las que predominaba el autoritarismo a un entorno de hiperprotección y falta de autoridad, y esto tiene efectos muy importantes. Niños que no toleran la frustración y no entienden que los límites forman parte de la sociedad. Nos encontramos con familias a las que les cuesta sostener la frustración de sus hijos y a escuelas e institutos a las que les cuesta sostener la frustración de las familias cuando estas acuden a quejarse de una situación a sus ojos, es decir, a los de sus hijos, injusta”, argumenta el psicólogo.

“Estamos educando a niños que no toleran la frustración y no entienden que los límites forman parte de la sociedad”

En cuanto a la mediación como única respuesta, Ballescà defiende el método, pero añade que esta “no tiene que servir para que haya actos sin consecuencias“. “A veces se transmite la sensación de que el límite es una cosa negativa, algo punitivo, y el límite no es punitivo por él mismo; el límite forma parte de la experiencia de vivir“, agrega el psicólogo, quien reitera la idea de que no podremos crear una sociedad de niños impecables y justos sino transformamos la sociedad.

La influencia de las redes

Volviendo al machismo y la intolerancia, dos de los grandes males aún pendientes de transformar en la sociedad, el formador José Antonio Martínez Vicario menciona el problemón que supone la presencia constante de mensajes negacionistas de la violencia machista en TikTok, Youtube e Instagram. “Las criaturas están creciendo recibiendo mensajes muy peligroso y muy difíciles de desmontar. Tenemos que mirar cómo trabajamos el feminismo para acercarlo a esos chavales. No se trata tanto de enfrentarnos a estos discursos, sino de bajar a su realidad, conocerla y, a partir de ahí, invitarles a conocer. Pero son adolescentes que vienen con muchos tabús y muchos prejuicios y tienes que escucharles”, concluye.

 

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