Soto Grado acaparaba todo tipo de comentarios en los medios afines al Real Madrid en la víspera del derbi. Se enumeraban los errores acumulados contra los blancos, indignados por los antecedentes con el riojano, pero apareció Ancelotti para inclinar la balanza: “Es un árbitro joven que me gusta”. El resultado fue un arbitraje casero en el que una jugada pudo marcar los destinos de la eliminatoria con 0-1 en el marcador para los rojiblancos, la segunda amarilla a Ceballos. Para los atléticos es una “una expulsión clara”, para los madridistas no “porque no ve a Lemar”. Una derrota dolorosa para los atléticos por las formas y porque se quedarán en blanco esta temporada que Simeone resumía así: “Terminaremos bien el año y analizaremos un poco todo”.
RAJADA DE SIMEONE
Simeone, que no vive su mejor temporada y cuyo futuro está en el aire, se encargó de denunciar el ‘atropello’ que a su parecer sufrieron: “A nadie le importa lo que no pasó, hablamos de algo que no pasó, Ceballos pudo ver la amarilla, no la vio, Savic sí”. El argentino clamaba al cielo de Soto Grado y le seguían sus jugadores e incluso sus ejecutivos como Tomás Reñones, portavoz del club: “Es un despropósito continuado… Estamos acostumbrados a esto. Es complicado”. De Paul tampoco se arrugaba: “Todos nos podemos equivocar, pero nos gustaría que alguna vez cayera para nuestro lado. Nos vamos con bronca”. Oblak también se quejó: “Si es roja para nosotros debería ser para ellos también, con 1-0 para nosotros ellos pudieron recibir la segunda amarilla. Estamos acostumbrados a eso y es complicado”. Opiniones que demuestra que sí importa lo que pasó como hoy denuncia la mayoría de los medios deportivos.
Otro de los puntos negros del partido fue las decisiones del riojano en las faltas que no pitó a las entradas que recibía Morata. “Le pregunté, porque ya pasó en San Sebastián, que a Morata no le pitó ni una falta. Le dije que si tenía algo contra Álvaro no le ponía el siguiente partido que nos arbitrase él, porque es muy difícil. Él me decía que Álvaro exagera sus caídas, pero me comí la que Morata tuvo que salir por el golpe”, justificaba Simeone para avalar su queja. El ex madridista celebró su gol (0-1) tapándose parte del nombre de la camiseta para leer ‘orata’ en respuesta a los insultos sufridos por el Bernabéu que le califica así desde que dejó el equipo.
IRONÍA E INDIGNACIÓN EN EL MADRID
Los atléticos tienen más quejas, pero el madridismo estaba encendido contra el inadmisible muñeco colgado en un puente cercano a la Ciudad Real Madrid vestido con la camiseta de Vinicius. Los blancos respondían a las quejas rojiblancas con cierta ironía, como Ceballos, que se libró de la expulsión: “El árbitro ha estado fenomenal. La roja a Savic es muy clara; llega tarde. Él quiere hacerlo lo mejor posible, nada más”. Rodrygo también vio de otra manera el arbitraje: “¿Y qué querían? A mí no me gusta entrar en polémicas… pero ¿qué querían ahí? No tengo mucho que decir sobre el tema, quiero hablar de mi equipo. Jugamos muy bien”.
A esto se añade las filtraciones del Atlético de Madrid a sus medios cercanos denunciando las pocas entradas que le dio el club blanco para el partido y esa portada de ‘Marca’ que aseguraba que no dejaría entrar a aficionados con la camiseta del rival, lo que obligó al Madrid a sacar una nota pública aclarando que “el número de entradas cedidas al Atlético de Madrid es el mismo que el Real Madrid recibe cuando visita el estadio Metropolitano”. En definitiva, un derbi muy caliente dentro y fuera del campo, en el que los rojiblancos fueron víctimas de un arbitraje casero y los madridistas del acoso racista a Vinicius de un sector que sigue avergonzando al fútbol español.