Las manos pueden ser una herramienta fundamental para disminuir el estrés, aumentar la energía o ayudar a regular funciones vitales. Desde el budismo y el hinduismo, los mudras se definen tradicionalmente como gestos que se realizan con las manos y ayudan a canalizar la energía. Yamila Bellsolá, profesora de yoga y directora del Centro Ananda Yoga, señala que las manos poseen una gran cantidad de terminaciones nerviosas que se activan a partir del contacto que generan estos gestos, y ayudan a conectar a su vez con terminales nerviosas cerebrales.
La práctica de mudras tiene un origen milenario y se asocia generalmente a otras disciplinas como la meditación, la práctica de posturas de yoga o la entonación de mantras (sonidos y cantos). “En general se recomienda hacer un mudra específico mientras se está meditando. Cada uno tiene una simbología o función que, al asociarse a esta práctica, potencia sus beneficios”, explica Yamila Bellsolá, quien señala que también se puede hacer un mudra y quedarse unos minutos, al menos cinco, con los ojos cerrados, conectando y sintiendo sus efectos.
En la medicina ayurvédica tradicional de la India, por ejemplo, explica Bellsolá, se trabaja pensando en cinco elementos que van desde el más sutil (espacio), hasta el más denso (la tierra), pasando por el aire, el fuego y el agua. De acuerdo a esta visión, cada dedo simboliza un elemento, y a la vez existe una simbología asociada a una serie de biotipos descriptos por el ayurveda.
Entre los beneficios generales de la práctica de mudras están ayudar a mejorar la coordinación, entrenar la movilidad de los dedos y propiciar la concentración (Jade Sivori/)
Un mudra para cada ocasión
Entre los beneficios generales de la práctica de mudras están ayudar a mejorar la coordinación, entrenar la movilidad de los dedos y propiciar la concentración. Unir el dedo pulgar con el índice representa la unión de lo espiritual con el yo personal. En este mudra, típicamente usado para meditar, los tres dedos restantes quedan estirados, simbolizando los estados de la materia: la acción (rajas), la inercia (tamas) y la serenidad (sattva).
Además, hay mudras específicos que sirven para activar o regular funciones a nivel físico, para disminuir el estado de somnolencia, para calmar el estrés o regular el tránsito intestinal, entre otras.
Prana mudra
Consiste en unir pulgar, anular y meñique, mientras el índice y el mayor permanecen estirados. Sirve para elevar la energía vital del cuerpo y reducir la fatiga. Se recomienda hacerlo por la mañana o durante el día, no de noche.
Surya mudra
Se practica uniendo el dedo pulgar con el anular, mientras los otros dedos permanecen estirados. Activa la digestión y mejora el metabolismo, se recomienda para el día, antes de las comidas. Cuando hay digestión lenta se sugiere hacer por lo menos veinte respiraciones mientras se practica.
Apana mudra
El dedo meñique e índice permanecen estirados mientras el medio y el anular se juntan con el pulgar. Sirve para mejorar problemas de estreñimiento.
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Vyana mudra
Se realiza uniendo pulgar, índice y mayor, mientras los demás quedan estirados. Trabaja sobre el sistema respiratorio y ayuda a disminuir la tensión y regular la presión, además de ser beneficioso para el corazón y los pulmones.
Padma mudra
Consiste en unir las dos manos a partir del contacto entre pulgares y meñiques, mientras los tres dedos del medio se abren como en flor. Simboliza una flor de loto y ayuda a trabajar la compasión, el amor propio y el amor hacia los demás.
La práctica de mudras tiene un origen milenario y se asocia generalmente a otras disciplinas como la meditación, la práctica de posturas de yoga o la entonación de mantras (Latinstock/)
Pronam mudra
Para realizarlo se juntan las dos manos como en gesto de rezo a la altura del corazón. Ayuda a equilibrar, centrarnos y unir nuestras polaridades, el ying, yang, la energía más receptiva y la activa que están representadas en cada uno de los hemisferios del cuerpo.
Kali mudra
Involucra las dos manos: se entrelazan meñique, anular, mayor y pulgar de una mano con la otra y queda el índice levantado. Kali es una deidad hindú que invoca nuestra fuerza interior, el coraje. Es recomendable cuando uno quiere cortar con malos hábitos, o soltar cosas que ya no queremos que formen parte de nuestra vida, ya que da fuerza para destruir lo que se necesite dejar atrás.