“No quiero quedarme atascado”, en Villa Gesell y Pinamar, los turistas toman clases para controlar sus camionetas todoterreno

PINAMAR (Enviado especial).- La travesía comienza en la puerta del camping Pucará, en Villa Gesell, a pocos metros de una bajada hacia una zona de médanos que parecen gigantescas olas de arena. Allí, José “Pepe” Louzao, el instructor de 4×4 Experience Argentina espera a tres clientes con sus flamantes camionetas todoterreno. El problema, claro, es que no saben conducirlas en la playa, y no hay mayor desilusión que comprar uno de esos vehículos y luego quedarse atascados.

Entre el Partido de la Costa y Villa Gesell, hay sectores de playa que están habilitados para transitar con vehículos todoterreno. Algunos lugares son muy conocidos, como la frontera norte de Pinamar, mientras que otros son menos convocantes y el nivel de complejidad y de riesgo que implica conducir allí requiere de conductores que sepan maniobrar en la arena y sean cautelosos para detectar cuándo un médano, que de un lado puede tener una pendiente poco empinada, del otro puede cortarse y tener una bajada casi en línea recta hacia la base, lo que podría causar un accidente mortal.

Por eso las clínicas de manejo son un recurso al que cada vez más personas recurren, aunque algunos tengan que dejar su orgullo de lado por un ratito. Si bien, por lo general, las marcas ofrecen esos cursos, también hay instructores independientes, como Pepe, que es toda una celebridad en los médanos.

Pinamar circuitos off road alternativos. 4×4 (tomás cuesta/)

“La idea es aprender”

Martín Larceri se compró hace pocos meses una Amarok V6, una de las camionetas que mejor desempeño tienen sobre la arena. Él admite que es su primera 4×4 y que no sabe cómo maniobrar en la arena, por eso quiere aprender para el próximo verano poder venir con su esposa que ahora está embarazada de ocho meses. “La idea es aprender. Es la primera vez que voy a hacer algo así. Creo que es lo más prudente y, además, así voy a disfrutar más la camioneta”, señala Larceri.

Muchos realizan las clínicas para “ser más prudentes” y poder disfrutar en familia (Tomás Cuesta/)

El recorrido que organiza Pepe es desde Villa Gesell hasta la frontera sur de Pinamar, en Cariló. Es una zona de aproximadamente 13 kilómetros de extensas playas despobladas, donde muchos van a pasar el día alejados del ruido, a pescar, o a surfear los médanos con las 4×4. Allí se accede a través de la calle 313. Otros de los circuitos poco concurridos es la zona de Punta Médanos, que se puede acceder desde la Ruta 11 y está ubicada entre Mar de Ajó y Costa Esmeralda.

Las clínicas llevan unas tres horas y, en el caso de Pepe, se cobra $30.000 por camioneta. En primer lugar, todos reciben una charla previa en donde Pepe les explica algunas cuestiones fundamentales antes de trepar un médano.

Los médanos son la zona más riesgosa de la playa porque, al subirlos, no se sabe cómo son del otro lado (Tomás Cuesta/)

“El problema de los médanos es que no tienen la misma forma de un lado y el otro, podemos subir fácil, pero del otro lado puede haber una bajada empinada y si vengo rápido no voy a llegar a frenar y puede ser grave. Lo que hay que hacer es siempre llegar arriba y cortar la inercia. Hay que cortar en el punto justo, cuando el vehículo se inclinó un poco para el otro lado, si cortas antes seguramente tengas que volver a empezar y hacer marcha atrás. En cuanto a la subida, el problema es el ángulo de entrada, antes de la trepada hay que apretar a fondo, pero no hay que venir ya con carrera porque va a chocar la trompa cuando empiece la pendiente”, explica Pepe mientras cada conductor está apoyado en el capot de su camioneta escuchando con atención.

Pepe agrega que mientras trepan un médano una técnica válida es ir moviendo el volante, con suavidad, de un lado al otro. “Las ruedas son como sierras, si las movemos no se hunden. Por otro lado, la presión de los neumáticos debe estar entre 18 y 20, para que la goma se apoye lo mejor posible sobre la arena”, agrega el instructor.

Claves para no quedar atascado

Diego Hojnabel es de Buenos Aires, pero vive en Córdoba. Hace unas semanas retiró su flamante Fiat Toro 4×4 y quiere, dice, saber lo básico como para ir hasta la orilla con su familia y poder volver sin tener que ser remolcado. “La verdad que me la ofrecieron en el concesionario y dije que sí, pero nunca manejé en la arena, es mi primera camioneta. Lo que yo quiero es lo más simple, solo no quiero quedarme atascado con la familia arriba”, asegura Hojnabel.

“Me parece prudente venir”, señala Pepe. “La gente dice `yo sé, yo sé´, pero luego hacen la clínica y se sorprenden. Nosotros lo que tratamos es que se cuiden, en la frontera norte de Pinamar hay mucha locura. Algunos se compran una camioneta de U$S 100.000 y piensan que solo por eso no se les va a quedar, y no es así”, indica Pepe.

El lugar más concurrido para “exprimir” los vehículos off road es justamente la frontera norte de Pinamar. Ese lugar es parte de la identidad profunda del municipio, que tiene que ver con cierta ostentación y la posibilidad de mostrar un despliegue de vehículos muy costosos sin temor a la inseguridad, pero a la vez siempre fue un dolor de cabeza porque todos los años hay muertos y heridos por los choques en esa zona.

Esta temporada, si bien los controles son muy similares a los de años anteriores, el dato positivo es que hasta el momento solo hubo accidentes menores que no dejaron ningún herido grave. En la temporada anterior, a esta altura ya había dos fallecidos. Uno fue un joven de 32 años que circulaba en un cuatriciclo sin casco e impactó contra un UTV, mientras que el otro caso fue el de una mujer de 33 años que perdió el control de su cuatriciclo luego de saltar un médano.

Este año, según Matías Yeannes, el jefe de Gabinete de Pinamar, en la frontera norte hay 40 agentes de tránsito destinados al control de las fronteras norte y sur, además de la presencia de la Dirección de Seguridad en la playa y de los operativos policiales que se realizan con cierta frecuencia, aunque buena parte de los médanos sean propiedad privada. Por su parte, Gonzalo Berrios, coordinador de tránsito de Pinamar, señala que desde el 31 de diciembre hasta la fecha retuvieron 41 vehículos, entre camionetas, cuatriciclos, motos y UTV (utility task vehicle), que son utilitarios 4×4 de estructura tubular o jaula antivuelco.

 

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