Pese a las dudas iniciales, la llegada de Sergio Massa al Ministerio de Economía significó un cambio en las erogaciones del Estado. Tras aplicar un fuerte ajuste fiscal con aumento de tarifas de gas, electricidad y agua, caída en las transferencias a provincias y licuaciones por inflación de jubilaciones, pensiones, el Gobierno logró cumplir con la meta fiscal de 2022.
El Palacio de Hacienda anunció que en el último año hubo un déficit fiscal de 2,4% del PBI, por debajo del 2,5% acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El año pasado, los gastos del Estado crecieron 70,5%, por debajo de la inflación anual de 94,8%, lo que explica el ajuste llevado a cabo. Los ingresos, por su parte, aumentaron 79% interanual.
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“Se alcanzó un déficit primario de 2,4% del PBI, a partir de una serie de decisiones en materia fiscal llevadas a cabo por las autoridades del Ministerio de Economía, con el fin de ordenar las cuentas públicas y los desvíos preexistentes. Esto representa el sobrecumplimiento de la meta fiscal establecida en el programa de Facilidades Extendidas para el Sector Público Nacional No Financiero (2,5% del PBI)”, indicó el equipo de Massa.
El principal ajuste del Estado se dio en transferencias a las provincias, que aumentaron solo 54%, de $360.094 millones a $554.882 millones. Luego le siguieron los subsidios económicos, con un incremento de 55%, aunque el ajuste tiene mayor importancia por su peso dentro del gasto total, ya que representaron $2,14 billones (en 2021 eran $1,38 billones).
Los subsidios a la energía aumentaron 58%, muy por debajo de la inflación interanual, pese al mayor costo de gas y electricidad por la suba de los precios internacionales debido a la guerra en Ucrania. Esto está explicado por el incremento aplicado en tarifas de gas y electricidad en la última parte del año y por el diferimiento de pagos con los productores y generadores. Las transferencias al sector energético demandaron $1,7 billones. Los subsidios al transporte, por su parte, aumentaron 51% y representaron $460.269 millones.
Las erogaciones en prestaciones sociales también tuvieron una caída en términos reales, ya que crecieron solo 72%, de $5,4 billones a $9,4 billones. Las transferencias por jubilaciones y pensiones contributivas subieron 69%.
Los gastos en capital, en tanto, mostraron un aumento de 105%, por arriba de la inflación, y representaron desembolsos por $1,3 billones.
Los números de diciembre
En diciembre, el déficit primario fue $502.128,2 millones. De este modo, según indicaron, el año pasado se acumuló un déficit primario de $1,96 billones, “considerando el límite a los ingresos provenientes de las emisiones primarias de títulos públicos (0,3% del PIB)”.
En detalle, en diciembre, los ingresos aumentaron 92%, a $1,688 billones. Los ingresos provenientes de las emisiones primarias de títulos públicos fueron de $ 60.616,2 millones. Los ingresos tributarios crecieron en el mes 89,5%, por debajo de la inflación interanual de 94,5%. El gasto primario, por su parte, tuvo un aumento de solo 54,8%, muy por debajo de la inflación interanual, y alcanzó los $2,13 billones.