Japón registró en 2022 su mayor déficit comercial, provocado por los crecientes costos de la energía y las materias primas y agravado por la fuerte depreciación del yen.
El país depende de los combustibles importados, que se encarecieron el año pasado en gran parte debido a la invasión rusa de Ucrania.
En 2022, el valor de las importaciones japonesas fue 19,97 billones de yenes (155.000 millones de dólares) superior a las exportaciones, el mayor déficit que se ha registrado del país. Las cifras comparables más antiguas datan de 1979.
El déficit más elevado anterior fue de 12,82 billones de yenes en 2014.
Japón dejó de importar petróleo ruso en represalia por la guerra en Ucrania, pero aún le compra carbón y gas natural, y sus importaciones de gas licuado de Rusia subieron más de 4% en 2022.
El yen alcanzó el año pasado su nivel más bajo frente al dólar, lo que motivó una costosa intervención del gobierno para apuntalar la moneda.
El yen barato aumentó las ganancias de los exportadores pero encareció las importaciones, como la energía.
Taro Saito, del Instituto de Investigación NLI, consideró que Japón seguirá registrando grandes déficits comerciales en el corto plazo.
“Aunque las exportaciones deben caer por el declive económico internacional, el valor de las importaciones también deberá bajar cuando se detenga la depreciación del yen”, escribió en un informe publicado tras la divulgación de los datos.
“El déficit comercial debe caer gradualmente aunque se mantendrá en un nivel alto”, agregó.
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