Cs mantiene la etiqueta “progresista” en el ideario y arranca su etapa final sin Arrimadas

Ciudadanos arranca desde este fin de semana una etapa nueva, desconocida incluso para muchos de los dirigentes veteranos que siguen en el partido. Inés Arrimadas se despidió oficialmente como líder del partido este sábado. Lo hizo con un discurso en el que reconoció haber sido incapaz de enderezar la debacle en la que quedó la formación tras las generales de 2019 y con muchos recados enviados a Edmundo Bal. Será este domingo cuando el partido eche a andar con la nueva ejecutiva que encabezan el eurodiputado Adrián Vázquez y la balear Patricia Guasp.

El partido naranja afronta lo que la mayoría asume como una etapa final. O, como mínimo, la última oportunidad ante un año electoral que en mayo celebrará elecciones autonómicas y municipales y ya en diciembre, las generales. Lo hará con un ideario ideológico actualizado en esta asamblea general que, finalmente, mantiene la etiqueta “progresista” junto a la de “un partido liberal”

La ejecutiva saliente aprobó un borrador que apostaba por eliminar la referencia al progresismo y dejar solo la del liberalismo. Es un asunto delicado que siempre ha tensionado mucho al partido, compuesto por distintas corrientes.

Los más críticos capitaneados por Bal eran partidarios de que no se abandonara el concepto de “partido progresista”, igual que una mayoría de dirigentes de comunidades como Cataluña, que siempre han sido combativas al respecto. Y efectivamente se mantendrá. Además, otra de las enmiendas más relevantes en los debates era la relativa al nuevo modelo organizativo que prevén los estatutos. 

Por primera vez Ciudadanos estará regido por una especie de bicefalia en la que hay un secretario general con toda la responsabilidad orgánica y una portavoz política. La enmienda mencionada, que salió adelante por amplia mayoría, elimina la incompatibilidad de que el secretario general no pueda ocupar al mismo tiempo otro cargo público. El asunto no era menor porque de no haber prosperado, Vázquez tendría que dejar su escaño en el Parlamento Europeo.

Lo que sigue siendo una incógnita es el funcionamiento real de la formación. Guasp lleva ejerciendo como la número uno desde que su candidatura ganó las primarias (incluso en su primera declaración a los medios exigió “respeto como nueva líder”), pero hay otros dirigentes que siguen apuntando a que es Vázquez quien acumula todo el poder. Los estatutos establecen que el secretario general “ostenta la representación política y legal del partido, preside el comité nacional y el permanente; y dirige, gestiona y administra la formación”. 

El adiós de Arrimadas

El último discurso de Arrimadas como presidenta del partido estuvo repleto de mensajes. El primero y más directo fue el de que seguirá ostentando la portavocía en el Congreso de los Diputados. Fue el acuerdo que alcanzó con la candidatura ganadora y lo quiso remarcar para zanjar el debate alentado desde la lista de Bal, firmes partidarios de que hubiera un cambio en la Cámara Baja.

“Hoy me hacéis otro encargo que es el de seguir como portavoz en el Congreso. Lo haré dando lo mejor posible porque no hay honor más grande para alguien que ama su país como yo, que representarlo desde el Congreso de los Diputados”, zanjó. No fue el único recado que envió al abogado del Estado, al que Arrimadas y otros muchos dirigentes de la lista oficialista reprochan una campaña “llena de ataques que ha hecho mucho daño interno”

Lo que sí reconoció Arrimadas fueron “errores” durante su presidencia, sin mencionar asuntos concretos, aunque la moción de censura en Murcia sobrevuela siempre el fracaso de su liderazgo. “No hemos sido capaces de corregir la situación del partido. Mi equipo no ha sido capaz. Yo no he sido capaz”, dijo en clara referencia a la situación actual de Ciudadanos tres años después de la debacle electoral que dejó al partido con diez diputados y sin Albert Rivera como líder. Las encuestas proyectan unas perspectivas pésimas y ningún dirigente es optimista de cara a mayo.

La convivencia interna

Las principales votaciones y el transcurso interno de la asamblea general terminaron en la jornada del sábado sin un solo sobresalto. Las dudas miraban hacia Bal y los suyos, con la incertidumbre de si habría alguna escenificación de malestar. Pero no lo hubo. Es lo que hace pensar a la actual dirección que el camino se puede enderezar y recuperar la convivencia interna.

Hay otros pesos pesados que no están tan seguros y que apuntan a que será complicado controlar al abogado del Estado en el grupo parlamentario. Hasta ahora, a pesar de que dejó claro el respeto a los resultados, nada hace pensar que Bal no vaya a seguir dando la batalla. Más bien, al contrario. Como publicó El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica, al menos de momento, el abogado del Estado cuenta con seguir defendiendo los postulados de su candidatura en los debates parlamentarios. Además, también advirtió que planea presentarse a las primarias de la presidencia del Gobierno de España para seguir en el Congreso.

 

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