Ocurrió esta semana; no fue un hecho de esos que inmediatamente capturan los titulares, pero los nombres implicados tienen lo suyo: Charlie Hebdo, Ali Khamenei. Los manifestantes que asoman en esta foto se congregaron frente a la embajada de Francia en Teherán al grito de “¡Avergüénzate, Charlie Hebdo!”. No sostienen pancartas, sino celulares; en cada pantalla, el rostro de Khamenei, líder supremo de Irán. La furia de sus seguidores se debe a un concurso de caricaturas convocado por la publicación satírica francesa en solidaridad con las protestas tras la muerte de la joven Mahsa Amini. La iniciativa ya generó fricciones entre Teherán y París. Y en la foto –apenas un instante en una historia que está en pleno desarrollo–, un atisbo de ese compendio de paradojas que es nuestro tiempo: imagen digital y fervor teocrático; viejas técnicas del humor gráfico y llamado a la disrupción.