La capital de Ucrania sufrió el lunes nuevos ataques, tras un fin de semana de Año Nuevo marcado por bombardeos rusos que dejaron al menos cinco muertos.
El sábado, Kiev y otras ciudades ucranianas fueron atacadas con misiles y drones, que dejaron cuatro muertos y el domingo un ataque en la región de Zaporiyia dejó otro fallecido.
Kiev fue azotada el lunes de madrugada por nuevos bombardeos, y la administración militar de la ciudad ordenó a los habitantes acudir a los refugios a las 01H00 (23H00 GMT).
“Los ocupantes rusos lanzaron un ataque masivo” con drones de fabricación iraní, informaron las fuerzas aéreas ucranianas.
El operador de energía Ukrenergo informó que la situación del suministro eléctrico en Kiev ahora está “más complicada”.
“Es por eso que ahora hay cortes de energía”, indicó en las redes sociales.
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, informó de una explosión el lunes en el distrito de Desnyanski, donde “un hombre de 19 años fue hospitalizado”, agregó.
Las autoridades informaron posteriormente que el joven fue herido por la caída de escombros.
Los ataques rusos de Año Nuevo golpearon áreas céntricas de ciudades grandes, indicó Mijailo Podoliak, asesor del presidente Volodimir Zelenski, quien lo calificó como un cambió en la estrategia de Moscú.
“Rusia ya no tiene objetivos militares y trata de matar todos los civiles que sea posible y destruir instalaciones civiles”, tuiteó. “Es una guerra para matar”.
En Rusia, las autoridades informaron el lunes que un dron ucraniano golpeó una instalación energética en la región de Briansk, en la frontera con Ucrania.
El gobernador regional de Briansk, Alexander Bogomaz, informó en Telegram que el ataque dejó sin electricidad a una localidad.
Las autoridades de otra región informaron que un dron ucraniano de reconocimiento fue derribado cerca de la ciudad de Voronezh, a cerca de 180 kilómetros de la frontera.
Kiev tiene como política no reivindicar este tipo de operaciones.
– Ataque contra un hospital –
El sábado 31 de diciembre, la artillería rusa golpeó una localidad en las afueras de Jersón, donde un niño de 13 años, resultó herido.
Posteriormente, las fuerzas rusas atacaron el hospital donde el menor estaba en cuidados intensivos.
“¿Qué tiene que ver el niño de 13 años con estos inhumanos que lo intentaron matar dos veces?”, cuestionó el gobernador Yaroslav Yanushevych en la aplicación Telegram.
El ataque ruso dañó el hospital de Jersón y dejó a esa ciudad y sus alrededores sin electricidad.
En noviembre, las fuerzas rusas se retiraron de Jersón, la única capital regional que llegaron a controlar, pero la siguieron bombardeando.
Las autoridades ucranianas reportaron que en los ataques que dejaron cinco muertos en varias regiones hubo decenas de heridos.
El jefe de la policía, Andrii Nebitov, publicó en Facebook una imagen de los restos de un dron en que se podían leer las palabras “Feliz Año Nuevo” en ruso.
“Esto es todo lo que necesitan saber sobre el Estado terrorista y su ejército”, escribió.
– “Adversidades extremas” –
Tras una serie de derrotas militares, Rusia comenzó en octubre a dirigir sus ataques a la infraestructura ucraniana, dejando a millones de personas a oscuras y expuestas al frío con temperaturas bajo cero.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos advirtió que esta campaña provoca “adversidades extremas” para los ucranianos y denunció posibles crímenes de guerra cometidos por las fuerzas rusas.
El presidente ruso, Vladimir Putin, reivindicó durante su discurso de Año Nuevo que la justicia “moral e histórica” está del lado de su país en esta guerra.
Moscú afirmó que sus ataques del sábado atacaron “instalaciones de la defensa ucraniana implicadas en la fabricación de drones ofensivos”.
“Logramos desmantelar los planes del régimen de Kiev para organizar ataques terroristas contra Rusia en un futuro cercano”, aseguró.
Rusia acusa a Ucrania de atacar sus instalaciones militares y su infraestructura.
En diciembre Moscú afirmó que derribó drones en tres ocasiones sobre una base rusa en Engels, en el sur del país, a más de 600 kilómetros de la frontera.
Otra base en la región rusa de Ryazan sufrió ataques a principios de diciembre que dejaron tres muertos, según Moscú.
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