La Unión Europea ha instado “firmemente” a las autoridades de Ruanda a “dejar de apoyar” al grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) para no exacerbar el conflicto en República Democrática del Congo (RDC), en línea con los llamamientos que vienen realizando el propio Gobierno congoleño.
El Ejecutivo de Ruanda ha negado en reiteradas ocasiones su supuesto apoyo a los rebeldes, a pesar de que expertos de Naciones Unidas afirmaron en un reciente informe que las autoridades ruandesas mantienen una “intervención directa” en la vecina RDC.
El Servicio de Acción Exterior de la UE, encabezado por Josep Borrell, ha aplaudido la labor de estos expertos y ha considerado “profundamente preocupantes” las conclusiones de su informe, dando también por confirmada la supuesta implicación ruandesa.
La UE ha pedido a todos los países de la región que “impidan la provisión de cualquier apoyo a grupos activos en la RDC”, al tiempo que ha instado a las autoridades congoleñas a frenar cualquier colaboración entre el Ejército y movimientos armados y a adoptar “todas las medidas necesarias” para proteger a la población civil.
“La UE reitera su plena solidaridad con la poblaciones del este de la RDC, que siguen pagando el precio de los ciclos de violencia, de las violaciones de lo Derechos Humanos y de lo abusos”, ha indicado la oficina de Borrell en su nota.
La actividad armada, ha advertido, “está empeorando una crisis humanitaria que afecta a 27 millones de personas en todo el país”, por lo que el bloque europeo se ha ofrecido a ayudar en cualquier esfuerzo encaminado a la “estabilización” y el “desarollo sostenible” de la zona.
