CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco presidirá el próximo jueves 5 de enero el funeral de su predecesor, Benedicto XVI, fallecido este sábado a los 95 años. Así lo anunció el vocero del Vaticano, Matteo Bruni, quien anticipó que sería una ceremonia sencilla.
“El jueves 5 de enero, a las 9.30 (5.30 de la Argentina) tendrá lugar el funeral en la Plaza San Pedro, que será presidido por el Santo Padre”, precisó Bruni. “Según el deseo del papa emérito, el funeral se realizará en la mayor sencillez”, añadió.
Por primera vez en la milenaria historia de la Iglesia católica un papa reinante presidirá el funeral de otro papa, esta vez sin funciones, Benedicto XVI, quien falleció en su residencia dentro del Vaticano.
Francisco abraza al papa emérito Benedicto XVI antes del inicio de una reunión con fieles en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, el 28 de septiembre de 2014. (Foto AP/Gregorio Borgia, Archivo)
El cuerpo del pontífice emérito, papa desde 2005 hasta su renuncia en 2013, será expuesto a partir del lunes en la Basílica de San Pedro para ser venerado por los creyentes.
Según expertos en asuntos religiosos, dado que no existe un protocolo específico para la muerte de un papa emérito, su funeral será muy parecido al de un papa en activo “pero sin cónclave” y “sin sede vacante”.
“El funeral de un papa emérito es el funeral del obispo emérito de Roma”, dijo el historiador eclesiástico Alberto Melloni, y agregó que la situación no es del todo sin precedentes, ya que las diócesis de todo el mundo han resuelto cómo honrar adecuadamente a los obispos jubilados.
A la vista de todos
Durante ese tiempo, el cadáver permanecerá a la vista de todos, sobre un sobrio tapiz con vestiduras litúrgicas. Horas antes de su inhumación será colocado en un ataúd recubierto por otros dos: el exterior, de madera de olmo; el del medio, de plomo, y el interior, de madera de ciprés.
Un espacio de la cripta ubicada junto a las catacumbas de San Pedro ha sido reservado para acoger el cuerpo de Benedicto XVI, a no ser que haya dejado instrucciones para ser enterrado en otro lugar.
Según los reglamentos establecidos por la Constitución Apostólica Dominici Gregis, promulgada por Juan Pablo II en 1996, Francisco va a decretar el luto oficial. Los cardenales en todo el mundo celebrarán eucaristías por su descanso eterno durante esos días.
Francisco, junto a su antecesor, Benedicto XVI
El papa Francisco hizo sonar la alarma sobre la salud de Benedicto XVI, de 95 años, cuando pidió durante su audiencia general de los miércoles una oración especial por su predecesor, diciendo que estaba “muy enfermo”. Francisco lo visitó más tarde en el monasterio en el que vivía, en los Jardines del Vaticano. El vocero confirmó entonces que su salud empeoraba.
Pocos pueden olvidar las largas filas de peregrinos que acudieron a despedir a San Juan Pablo II cuando murió, en 2005.
Cuando Benedicto XVI anunció su retiro, en 2013, abrió un territorio pontificio desconocido. Desde su título, “papa emérito”, hasta su decisión de conservar la sotana blanca del papado, él creó en gran medida un nuevo libro de jugadas para abarcar tanto al papa reinante como al retirado.
Agencias AFP y AP