DETROIT (AP) — Moritz Wagner pareció quedar noqueado brevemente por un golpe en la nuca, tras desatar una riña en la primera mitad del partido del Magic de Orlando ante los Pistons de Detroit.
La pelea del miércoles por la noche derivó en tres expulsiones y recordó por momentos la trifulca ocurrida en Detroit hace 18 años.
Wagner fue expulsado por una falta flagrante. Los árbitros echaron también a Killian Hayes y Hamadou Diallo por su participación en la riña frente al banquillo de los Pistons.
Con 34 segundos restantes en la primera mitad, Wagner y Hayes persiguieron un pase desviado del Magic. El balón se fue hacia el otro lado de la cancha, y Wagner sabía que si lo tocaba incurriría en una infracción.
Así, frenó la marcha, con la esperanza de que el balón saliera de la cancha. Hayes trató de rebasarlo por la línea de banda.
Pero Wagner empujó con la cadera a Hayes, quien terminó estrellándose contra la banca de Detroit. Ello encendió la batalla campal entre los ambos equipos.
Hayes se levantó y golpeó con el brazo la nuca de Wagner, quien se desplomó, al parecer inconsciente.
“Está bien”, aseveró su hermano menor Franz. “No he visto el video, pero sé que esto es lo último que él habría querido provocar”.
En 2004, una pelea entre los Pistons y los Pacers de Indiana quedó para el recuerdo entre las peores de la historia de la NBA. Incluso los aficionados participaron en el enfrentamiento.
Varios jugadores del Magic podrían ser suspendidos por abandonar el área del banquillo durante el altercado. Entre ellos figuran Franz Wagner, Cole Anthony, Wendell Carter Jr, Gary Harris, Mo Bamba, R.J. Hampton, Terrence Ross y Admiral Schofield.
“Necesito que alguien me explique la decisión, porque entiendo que no puedes abandonar el área de la banca y provocar que una situación así se agrave”, dijo el entrenador de los Pistons, Dwane Casey. “Ahí es donde pueden ocurrir cosas malas”.
Franz Wagner dijo que los jugadores del Magic no consideraron que tenían otra opción.
“Estamos al tanto de la regla, pero hay cosas que suelen pasar en la cancha, no en una de las bancas”, explicó. “Uno se preocupa por el hecho de que su compañero está ahí, entre todos los miembros del otro equipo”.