Como en cada cierre de año, los eventos deportivos importantes no abundan y en el epílogo de 2022 el boxeo es la excepción porque este viernes se presenta Marcela ‘La Tigresa’ Acuña, la primera argentina con licencia profesional quien, a los 46 años, tiene su revancha contra Débora Dionicius. La contienda pone en juego el título interino supergallo de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) y se desarrolla en el marco de la velada en el club Sarmiento de Resistencia, Chacho.
La última vez que Acuña y Dionicius se subieron al mismo cuadrilátero fue a fines de noviembre de 2021 y lo hicieron nada más y nada menos que en el Luna Park, que volvió a recibir una noche así, tradicional, después de ocho años y lo hizo al 60% de su aforo total por las restricciones que regían a raíz de la pandemia de coronavirus. Esa noche, en el marco de la velada “La leyenda continúa”, ‘La Gurisa’ ganó por puntos y se coronó como nueva campeona mundial interina peso pluma de la OMB. Para la formoseña significó su primera derrota en ese mítico estadio.
La última vez que Marcela Acuña y Débora Dionocius se enfrentaron fue triunfo de la entrerriana (Santa Cruz Alejandro/)
La formoseña (50-8-2 con 20KO) vuelve a presentarse en la división en la que se destacó y logró cuatro coronas internacionales en las cuatro federaciones más importantes del boxeo, tras enfrentar y derrotar en septiembre pasado a Laura Griffa en una contienda por el título argentino de peso pluma.
Cómo ver online Acuña vs. Dionicius
La velada comienza a las 21 y la transmite en vivo TyC Sports, por lo que también está disponible en la plataforma digital TyC Sports Play. Además, el canal deportivo puede sintonizarse en Flow, DGO y Telecentro Play, aunque se requiere ser cliente del cableoperador.
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La velada en Resistencia incluye otras cuatro peleas: Joaquín Díaz vs. Roberto Rojas; Maximiliano Chaparro vs. Guido Romero; Santos Díaz vs. Jonathan Juárez; Marcelo Maciel vs. Esteban Espíndola; y Fabián Maidana vs. Carlos Aquino. Estos combates serán la antesala del de fondo.
La crónica de LA NACION de la primera pelea entre Acuña y Dionicius
Muy lejos estuvo esta reapertura de lo que fue la consagración de Omar Narváez ante el nicaragüense Adonis Rivas, en 2002. La principal causa de que el Luna Park haya lucido casi vacío, fue las restricción sanitarias que rigen para los estadios cubiertos con un 60 por ciento de aforo. La otra fue el prejuicio de una cartelera sin nombres tan convocantes, con más promesas que realidades. Apenas 3000 personas disfrutaron in situ del triunfo por puntos de Débora Dionicius ante Marcela Acuña.
Sin embargo, la novela de la Gurisa Dionicius no tuvo un final clamoroso, bañando del rugido de la multitud. El público no explotó cuando el árbitro Stella, que se despedía de la actividad, le levantó el brazo en señal de triunfo. Y, en cierta medida, fue lógico: Dionicius no era la protagonista de la noche. Se robó el papel boxeando mejor que la Tigresa. Después de todo, algunos actores, entre ellos Nazareno Casero y Marcelo Mazarrello, fueron al Luna atraídos por la marca registrada de un icono de Buenos Aires y la pionera del boxeo femenino en Argentina.
La entrerriana Débora Dionicius le cortó el invicto a Marcela ‘La Tigresa’ Acuña en el Luna Park (Santa Cruz Alejandro/)
El combate fue tan malo que ni siquiera hubo ánimo para que desde la popular apareciera el ingenio para quejarse. Lo que le escamoteó el cariz palpitante a la pelea por el título mundial pluma interino de la Organización Mundial de boxeo. La platea de Bouchard y el ring side estuvieron como sedados, casi contagiados por los arrestos desesperados de la Tigresa, que a sus 45 años deberá comenzar a pensar seriamente en el retiro de la actividad. “Estoy muy feliz, sin palabras, es una noche soñada. Sabía que era mi oportunidad. Gracias Marcela. Estaba muy motivada para esta pelea y me preparé de la mejor manera. Llevamos el título para Entre Ríos”, explicó Dionicius, de 31 años y un récord de 32 triunfos y tres derrotas.
Como esos amores que se juran amor eterno, el Luna y el boxeo forjaron su historia con idas y vueltas. El primer impase pasó en 1989, cuando Locomotora Castro y el Puma Arroyo se prestaron a una efímera reapertura, dos años después que Tito Lectoure bajara los cortinados agobiado por la crisis económica de entonces. Después, en 2002, el tiempo, que parece transcurrir más rápido que la lógica más pura, le dio forma al sueño astillado de Tito y convirtió a Omar Narváez en ídolo de la nueva era. Hasta que una mañana amanecimos con la noticia de nuevos dueños y rumores de demolición. Pareció el fin, pero no lo fue.
Este sábado 20 de noviembre de 2021 volvió el boxeo al Luna Park, pero no volvieron los murmullos incesantes ni el glamour en el ring side. Hubo parte grande de su esencia ausente. Fue una noche sin euforia y escasos aplausos. Aunque en cierto modo volvieron las ganas de imaginar las mejores noches de Nicolino Locche con su astucia de torero, las esperanzas de recordar la prestancia de Horacio Acavallo, la furia de Víctor Galíndez y el Pio-Pio de Oscar ‘Ringo’ Bonavena. Porque después de todo, el boxeo es su historia, la que le dio origen, la razón a su existencia.