Rusia podría recortar su producción de petróleo en 500.000-700.000 barriles diarios en 2023 en respuesta a la introducción por parte de los países occidentales de un límite de precio a su crudo, indicó el viernes el vice primer ministro Alexander Novak.
“A principios del próximo año, podríamos proceder a una reducción de 500-700.000 barriles diarios. Para nosotros es alrededor del 5-7%”, declaró Novak, a cargo de Energía, según citaciones de la agencia oficial TASS.
A principios de diciembre, los 27 países de la Unión Europea, el G7 y Australia acordaron poner un tope máximo de 60 dólares estadounidenses para el crudo de origen ruso transportado por vía marítima.
De este modo, solo el petróleo vendido por Moscú a un precio igual o inferior a los 60 dólares puede continuar siendo entregado a estos países.
Más allá de ese lindar, las empresas tendrán prohibido suministrar los servicios que permiten su transporte como el flete o el seguro.
El objetivo de esta medida occidental es entorpecer los enormes ingresos que obtiene Moscú de vender sus hidrocarburos y disminuir así su capacidad para financiar la intervención militar en Ucrania.
Unos días después de la introducción de este límite de precio, el presidente ruso, Vladimir Putin, lo definió como una “decisión estúpida” y amenazó a Occidente con “reducir la producción” de petróleo “si era necesario”.
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