Un éxito mundial. Fin de ciclo. ¿Nueva era?

El vacío es intenso. E inmenso. La tensión baja, la emoción se va diluyendo. La realidad suspendida durante un mes golpea de golpe. La rutina vuelve. Pero no es igual. Después de tanto fracaso, un éxito. Mundial. Merecido. Esperado. Soñado.

Los que no encontrábamos nada para festejar, los que nos dividimos por cosas que muchos no podrían explicar y otros solo podríamos justificar, nos reunimos para celebrar. Desordenados. Cómo no. Pero sin tragedias. Para cerrar décadas de frustraciones. Para no seguir cobijándonos en viejas glorias.

Como dice la versión campeona de “Muchachos”, para dejar a Diego que descanse en paz por toda la eternidad. Sin depender de su brillo para iluminarnos. Sin pedirle todo. Sin necesidad de justificarle nada. Para agradecerle lo que nos dio. Y no reclamarle por lo que él se quitó. Para hacernos cargo. Para construir otros faros. Para festejar la felicidad tan postergada de Leo. Para aprender. Para corregir. Para crecer. Para cambiar resentimiento por resiliencia. Transgresión por esfuerzo. Idolatría por reconocimiento. Soberbia por convicción. Para poner lo individual por sobre lo colectivo. Tiene razón el otro Leo: “¡Es nada más que fútbol!” Pero es más que fútbol. Fin de ciclo. ¿Nueva era? No es solo fútbol.ß

 

Generated by Feedzy