El periodista Matthias Ebert, corresponsal de ARD que fue enviado a cubrir la celebración de los argentinos luego de que el conjunto de Scaloni ganase la Copa del Mundo, quedó -en dos ocasiones- en medio de los festejos y los hinchas tuvieron divertidas reacciones.
A horas del mediodía, Ebert hizo un primer móvil desde el centro porteño y mientras los fanáticos de La Scaloneta se aglomeraban en puntos como la 9 de Julio o la autopista 25 de Mayo, a la espera de que llegara el micro con los jugadores de la Argentina.
Durante el reportaje, en el que dialogaba en vivo con otra periodista alemana, entusiastas del seleccionado local fueron acercándose más y más al cronista, a quien le gritaban y cantaban casi al oído. No contentos con eso, empezaron también a poner cosas frente a la cámara.
Mientras que algunos mostraban remeras delante de la lente, otros se paseaban con total libertad ante el camarógrafo. En el minuto y medio que duró la salida al aire, Ebert no se inmutó. Durante ese período, recibió además empujones, espuma y abrazos de todas direcciones.
Su segundo móvil no sería menos cómico. Esta vez desde el Obelisco, horas antes de que se produjeran enfrentamientos entre la Policía de la Ciudad y fanáticos que se resistían a desalojar el lugar, el reportero alemán se encontró con un grupo de argentinos igual de jocosos.
Después de cantar un par de canciones futboleras y ver como el hombre seguía haciendo su trabajo sin desconcentrarse, optaron por levantarlo en el aire. Desde el piso del canal de televisión para el que estaba transmitiendo, y cuando vieron lo que sucedía, no pudieron parar de reír.
“Muchaachooos, ahora nos volvimos a ilusionar. Quiero ganar la tercera. Quiero ser campeón mundial”, vociferaban los presentes a la vez que subían y bajan al periodista, que no ya no podía contener la alegría. Tras “jugar” con él por un rato, decidieron dejar de molestarlo.