“Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar”, entonaban a coro decenas de argentinos en la plaza de la Concordia de París, donde celebraban la victoria de la albiceleste de Leo Messi contra Francia en el Mundial de Catar.
A los pies del obelisco de Luxor, argentinos residentes en Francia o de turismo desafiaron la incesante lluvia y la fría noche de otoño boreal para festejar el tercer Mundial de su selección y el primero de su estrella.
“Estoy feliz por Messi y por la Argentina. Messi ya era grande. Con el Dios es lo más grande que hay”, dijo a la AFP Germán Limas, de 38 años, que luce un gorro albiceleste. “Nosotros vivimos el fútbol de una forma tan pasional”, reconocía.
Al ritmo de bombos y batucadas, los fanáticos coreaban la canción de la Mosca, himno del Mundial para Argentina, o “Olé, olé, olé, cada día te quiero más, soy argentino, es un sentimiento”, mientras ondeaban sus banderas.
Allí donde los franceses cortaron la cabeza a Luis XVI y María Antonieta, los hinchas coronaron a Messi como rey, mientras a centenares de metros de allí, la policía evacuaba los Campos Elíseos de decepcionados hinchas de los Bleus.
“Estoy feliz, estoy superfeliz. Vivo en Francia desde hace 20 años, pero… ¡Viva Argentina!, ¡Viva Argentina!”, aseguró a la AFPTV Catalina, con la bandera de su país natal anudada al cuello.
Para los argentinos, Francia ya no será sólo el país donde murió su héroe nacional, José de San Martín, el 17 de agosto de 1850, sino también donde vivieron la victoria de la selección capitaneada por su otro héroe.
– “Desde Maradona no habíamos ganado” –
Sin embargo, no fue fácil. Francia igualó hasta en dos ocasiones la ventaja de su rival, echando un jarro de agua fría a los deseos de los argentinos de ver a Messi ganar, a los 35 años, el único gran título que se le escapaba.
“Vamos, vamos, Argentina, vamos, vamos a ganar, que esta banda quilombera no te deja, no te deja de alentar”, animaban en la embajada de Francia en París los decenas de hinchas presentes, esperando que su capitán lograra el único gran título que se le escapaba hasta ahora.
Las paredes de la representación diplomática, que acogió a unos 200 compatriotas para seguir la final, se llenaron así de júbilo y abrazos cuando Gonzalo Montiel marcó el gol de la victoria en la tanda de penales tras un partido de infarto.
“Es una emoción muy grande, por la retirada de Messi, porque desde Maradona no habíamos ganado”, dijo a la AFP, un eufórico Alejandro Gómez, uno de los miles argentinos residentes en Francia. En 2019, eran 11.700 personas, según datos oficiales franceses.
Messi es el más conocido. El natural de Rosario comparte vestuario con su gran rival en esta final, Kylian Mbappé, en el Paris Saint-Germain. “Ustedes han marcado este Mundial con su talento. Pueden estar orgullosos”, les dijo su club en un tuit.
– “Campeones como en el ’86” –
En el centro de la capital, la hinchada argentina se dio cita a través de la redes sociales alrededor del restaurante Volver, donde desde antes del partido ya conjuraban la victoria.
“Volveremos, volveremos, volveremos otra vez, a ser campeones como en el ’86”, coreaban al ritmo de un bombo decenas de ellos, en el medio tiempo cuando Argentina se había adelantado a Francia 2-0 gracias a Messi y Ángel Di Maria.
“Es el recuerdo de la infancia, de todas las finales perdidas”, aseguró a AFP Leo Lares, un trabajador agrícola de 38 años, que cambió la región de Buenos Aires por la de París y para quien Messi se merecía igualar a Maradona.
“Yo no vi [esa victoria], soy la generación que lo tiene que ver”, dijo Camila Romero, una estudiante de doctorado de 24 años, quien pese a estar “triste” por no vivirlo desde su tierra natal, confesó tener la “suerte” de poder contar “en el futuro” que vivió el partido en París.
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