Resumen -en pekín, las funerarias con trabajadores enfermos intentan dar abasto bajo el covid

Por Ryan Woo y Winni Zhou

PEKÍN/SHANGHAI, 17 dic (Reuters) – Las funerarias de
Pekín, una ciudad de 22 millones de habitantes afectada por el
COVID, tenían el sábado dificultades para atender las peticiones
de servicios funerarios y de cremación, porque trabajadores y
conductores que habían dado positivo a las pruebas del
coronavirus pedían la baja por enfermedad.

Tras declarar que la cepa ómicron se ha debilitado, y
después de unas protestas públicas sin precedentes contra la
política de cero COVID defendida por el presidente Xi Jinping,
China cambió bruscamente sus protocolos de gestión de COVID hace
más de una semana.

Abandonando las pruebas interminables, los confinamientos y
las fuertes restricciones a los viajes, China está siguiendo al
resto del mundo, que intenta convivir con el virus.

China ha pedido a sus 1.400 millones de habitantes que
atiendan los síntomas leves en casa, a menos que se agraven,
mientras ciudades de todo el país se preparan para las primeras
oleadas de infecciones.

En Pekín, que aún no ha informado de ninguna muerte por
COVID desde que cambiaron las políticas el 7 de diciembre, los
trabajadores enfermos han afectado a la plantilla de servicios,
desde restaurantes y empresas de mensajería, y a una docena de
funerarias

“Ahora tenemos menos carrozas y trabajadores”, declaró a
Reuters un empleado de la funeraria Miyun, que añadió que la
demanda por servicios de cremación era cada vez mayor.
“Tenemos muchos trabajadores que han dado positivo”.

No quedó claro de inmediato si la lucha por satisfacer la
creciente demanda de incineraciones se debía a un aumento de las
muertes relacionadas con el COVID.

En la Funeraria Huairou, un cuerpo tenía que esperar tres
días antes de ser incinerado, dijo un empleado.

“Puedes transportar el cuerpo tú mismo, últimamente hay
mucho trabajo”, agregó.

La autoridad sanitaria china informó por última vez de
muertes por COVID el 3 de diciembre, y la capital el 23 de
noviembre.

Sin embargo, el respetado medio de comunicación chino Caixin
publicó el viernes de que dos veteranos periodistas de los
medios de comunicación estatales habían muerto tras contraer
COVID-19 en Pekín, de los primeros decesos conocidos desde que
China desmanteló la mayor parte de sus políticas de cero COVID.

Caixin informó además el sábado de que un estudiante de
medicina de 23 años de Sichuan había muerto de COVID el 14 de
diciembre.

Sin embargo, la Comisión Nacional de Salud no reportó el
sábado de ningún cambio en su cifra oficial de 5.235 muertes por
COVID.

Según el Instituto de Métricas y Evaluación Sanitarias
(IHME), con sede en Estados Unidos, el abrupto levantamiento por
parte de China de sus políticas ultrarrestrictivas podría causar
más de un millón de muertes durante 2023.

Si esas políticas se hubieran levantado antes, por ejemplo
el 3 de enero de este año, habrían muerto 250.000 personas en
China, afirmó el sábado el destacado epidemiólogo chino Wu
Zunyou.

Hasta el 5 de diciembre, la proporción de pacientes COVID
graves o en estado crítico había descendido al 0,18% de los
casos notificados, según Wu, frente al 3,32% del año pasado y el
16,47% de 2020

Esto demuestra que la tasa de mortalidad en China está
disminuyendo gradualmente, dijo, sin dar más detalles.

No estaba claro si la proporción de enfermos graves había
cambiado desde el 5 de diciembre. Las pruebas PCR periódicas y
la notificación obligatoria de casos se suprimieron el 7 de
diciembre.

Muertes normales

“Hay largas colas de carrozas fúnebres y es difícil decir
cuándo habrá espacio disponible”, dijo un empleado de la
funeraria Dongjiao.

“Muertes normales”, respondió el empleado cuando se le
preguntó si las muertes estaban relacionadas con el COVID.

La falta de notificación de muertes por COVID en los últimos
10 días ha suscitado un debate en las redes sociales sobre la
divulgación de datos, alimentado también por la escasez de
estadísticas sobre hospitalizaciones y el número de enfermos
graves.

“¿Por qué no se encuentran estas estadísticas? ¿Qué está
pasando? ¿No las han contabilizado o simplemente no las
anuncian?”, se preguntaba un internauta en las redes sociales
chinas.

China dejó de publicar los casos asintomáticos a partir del
miércoles, alegando que la falta de pruebas PCR entre las
personas asintomáticas dificultaba el recuento total.

Las cifras oficiales se han convertido en una guía poco
fiable, ya que se están realizando menos pruebas en todo el país
tras la flexibilización de las políticas de cero COVID.

En Shanghái, a más de 1.000 kilómetros al sur de Pekín, las
autoridades educativas locales ordenaron el sábado a la mayoría
de las escuelas que impartieran clases en línea a partir del
lunes, para hacer frente al empeoramiento de las infecciones por
COVID en toda China.

En una señal de la escasez de personal que se avecina,
Shanghai Disney Resort dijo el sábado que la oferta de
entretenimiento podría reducirse a un menor número de
trabajadores, aunque el parque temático seguía funcionando con
normalidad.
(Reporte de Ryan Woo en Pekín y Winni Zhou en Shanghái; reporte
adicional de Jindong Zhang
Editado en español por Javier López de Lérida)

 

Generated by Feedzy