Así como en el mercado inmobiliario fue muy claro que la pandemia generó una demanda creciente de lotes y casas en barrios privados, en este 2022 esa tendencia convivió con otro fenómeno: la decisión de muchas familias de volver a vivir en la Ciudad de Buenos Aires. Valores más que atractivos en los barrios tradicionales y cuestiones “logísticas” están entre los principales valores de esta “ola migratoria inversa”.
“De mitad de año en adelante notamos que el mercado urbano se agilizó y que crecieron las operaciones en la ciudad. La gente empezó a definir su estilo”, revela Leonor Achával, directora de Achával-Cornejo. El retorno paulatino pero sostenido a las ciudades luego de la pandemia, aseguran, se viene dando incluso en otras ciudades del mundo. La vuelta a la presencialidad en las empresas sumado al “sinceramiento” de los precios de venta influyen para que esta tendencia se esté consolidando.
“Recoleta, Retiro, Palermo y Barrio Norte tienen hoy parámetros por metro cuadrado que hace muchos años no teníamos. Para muchos es una oportunidad de acceder a una mejor propiedad, teniendo en cuenta los costos que implica mantener a una familia alejada de los centros urbanos”, dice Carola Fernández Berisso, gerente del sector Viviendas de Achával-Cornejo. Tener que mantener más de un auto o alquilar un departamentos para hijos estudiantes son algunos de esos costos que trae aparejado vivir en las afueras.
Para tener una referencia de los valores de las propiedades en estos barrios, hoy a grandes rasgos se puede decir que se ubican en un rango de entre USD 2000 y USD 3500, siempre dependiendo del edificio y de la ubicación.
“Económicamente, para familias con varios hijos, hay una diferencia bastante grande entre vivir en las afueras y en la ciudad. Y además muchos volvieron al trabajo presencial y Buenos Aires recuperó su ritmo normal. Obviamente que todo depende de la economía familiar, pero muchos eligen volver a su casa de las afueras el fin de semana, a la que se habían ido a vivir, y estar en la ciudad durante la semana”, agrega Achával.
Por último, otro de los factores que están influyendo en la elección de volver a vivir en Buenos Aires es la revitalización de la ciudad luego de la pandemia. La oferta cultural y gastronómica no solo recuperó los antiguos niveles sino que luce renovada con respecto a la época prepandemia, en especial en un barrio como Recoleta, siempre convocante tanto para el turismo local como internacional. Este “resurgimiento” combinado con las estabilidad de los valores del mercado le están dando un nuevo atractivo a vivir en la ciudad.
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