A fondo-política energética nubla apuesta mexicana de sumarse a fiebre de semiconductores eeuu

Por Dave Graham

Ciudad de méxico, 14 dic (reuters) – la esperanza de
méxico de obtener una inversión inesperada del plan
estadounidense de impulsar la producción de semiconductores en
norteamérica estaría en riesgo por la preocupación de las
empresas sobre el suministro de energía, la dependencia excesiva
de combustibles fósiles y la falta de incentivos financieros.

La secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo,
dijo en septiembre que un proyecto de ley de su país de 52,700
millones de dólares, conocido como la Ley de Chips, crearía
“oportunidades significativas” para la nación latinoamericana en
la industria de esas piezas que consume mucha energía y agua.

Pero según entrevistas con más de una docena de personas al
tanto de las discusiones sobre inversión, si México no se mueve
rápidamente para mejorar las redes de transmisión de energía y
el acceso a renovables, así como para crear incentivos
competitivos, puede salir perdiendo.

Estados Unidos está construyendo enormes plantas que
fabrican chips de alta tecnología, la parte más cara del negocio
de los semiconductores. Mientras tanto, México tiene la vista
puesta en partes más accesibles de la cadena de suministro, como
el diseño, el empaque y las pruebas.

Para crear esos empleos, el país debe disipar los temores
comerciales sobre el abastecimiento eléctrico provocados por la
campaña del presidente Andrés Manuel López Obrador para dar el
control del mercado a las firmas energéticas estatales que
dependen de combustibles fósiles y con problemas de liquidez.

Su búsqueda de la “soberanía energética” al ayudar a la
Comisión Federal de Electricidad y a Petróleos Mexicanos, al
tiempo que limita la producción renovable con fondos privados,
ha desconcertado a los fabricantes que intentan reducir su
huella de carbono.

“La política energética actual de México está socavando
gravemente la capacidad del país de atraer nuevas inversiones,
especialmente cuando se trata de sectores estratégicos como la
industria de los semiconductores”, afirmó Neil Herrington,
vicepresidente senior para las Américas de la Cámara de Comercio
de Estados Unidos.

La oficina de López Obrador no respondió a solicitudes de
comentarios para esta historia.

Utilizados en industrias que van desde la defensa, las
telecomunicaciones y la fabricación de automóviles hasta la
informática, los semiconductores coparon titulares durante la
pandemia del COVID-19 cuando se agotó el suministro, lo que
provocó graves cuellos de botella en la producción mundial.

A diferencia de Washington, México aún tiene que explicar
qué incentivos ofrecerá a las compañías para ayudar a América
del Norte a reducir la dependencia de centros de semiconductores
como Taiwán, a la luz de la prolongada incertidumbre en las
relaciones entre Estados Unidos y China.

“El gobierno federal se ha mostrado prácticamente nulo en
la política de atracción de inversión y de incentivos”, señaló
Roberto Arechederra, secretario de Desarrollo Económico del
estado occidental Jalisco, controlado por la oposición y cuya
capital, Guadalajara, es llamada el Silicon Valley nacional.

López Obrador, un nacionalista de izquierda en materia de
recursos, asegura que las condiciones para los inversores son
“inmejorables” y apunta a que la inversión extranjera directa se
dirige a su mejor año en casi una década.

Pero la inversión fija bruta sigue siendo un 11% más baja
que cuando fue elegido en 2018, según muestran los datos
oficiales.

Funcionarios, ejecutivos y legisladores dicen que sin una
mejor red eléctrica, el impulso de los semiconductores en la
segunda mayor economía de América Latina enfrentará
dificultades.

La secretaria de Energía de Estados Unidos, Jennifer
Granholm, ya había advertido en enero que el trato de México a
las firmas energéticas podría obstaculizar el crecimiento.

“No puedes hacer cosas así si quieres ser un jugador de
equipo”, dijo Henry Cuéllar, un congresista demócrata que
preside el Grupo Interparlamentario Estados Unidos-México.
“Especialmente por ser parte de una cadena de suministro de
América del Norte. Todo está interrelacionado”, agregó.

México se comprometió a presentar incentivos para el
“nearshoring” hasta finales de febrero, y la secretaria de
Economía, Raquel Buenrostro, anunció la semana pasada que un
corredor comercial programado para el sur de México podría
convertirse en un centro para la inversión en semiconductores.

Estados como Jalisco, sede de una importante instalación de
Intel Corp, están ofreciendo sus propios alicientes,
como exenciones fiscales y terrenos económicos, afirmó
Arechederra.

Gran parte del ímpetu para la cooperación en
semiconductores se originó en México, indican los ejecutivos.

En junio de 2021, Carlos Salazar, entonces presidente del
Consejo Coordinador Empresarial mexicano, presentó la idea a la
jefa de Comercio de Estados Unidos, Raimondo, en una visita a
Washington, dijo el directivo a Reuters.

Siguieron compromisos para reforzar las cadenas de
suministro y en agosto de 2022 México acogió una conferencia
sobre inversiones en semiconductores con firmas como Intel y
Skyworks Solutions Inc, un importante empleador en la
ciudad fronteriza Mexicali.

Josep Marcé, vicepresidente de operaciones de Skyworks en
México, instó a la nación latinoamericana a aprovechar la
ventana de oportunidad.

Eso significa que el país necesita seguir invirtiendo en
infraestructura de energía y agua, y hacerlo de manera
sostenible, dijo a Reuters, señalando las promesas de los
clientes de ayudar a enfrentar el calentamiento global.

Si bien gigantes de la industria como Taiwan Semiconductor
Manufacturing Co Ltd e Intel han anunciado inversiones
multimillonarias en el lado estadounidense de la frontera,
México aún tiene que revelar proyectos importantes que podrían
abastecer a esas fábricas.

“Estados Unidos piensa como región, México sigue pensando
como país”, afirmó Luis Manuel Hernández, jefe del grupo
mexicano de la industria manufacturera exportadora Index. “Si
queremos estar en la mesa grande, tenemos que tomar decisiones
diferentes”.

¿edad de oro?

En julio, las tensiones por la energía se convirtieron en
una disputa formal con Estados Unidos y Canadá, quienes
argumentan que México está discriminando a sus compañías.

El lunes, el gobierno mexicano dijo que quería que la
disputa se resolviera para dar confianza a las empresas para
invertir.

López Obrador sostiene que los gobiernos corruptos del
pasado manipularon el mercado energético para favorecer los
intereses privados a expensas del Estado.

En Jalisco, la política nacional para el sector ha
suspendido siete proyectos privados de renovables -cinco solares
y dos eólicos-, que suman una inversión total de 1,100 millones,
según cifras de la agencia de energía del estado.

Las empresas están tomando nota, especialmente en el sector
automotriz.

Julian Eaves, de CW Bearing, un proveedor automotriz de
propiedad china en el centro de México, explicó que las
compañías quieren aprovechar la ubicación del país y los costos
laborales competitivos.

Pero obtener nuevos negocios depende de que las firmas
muestren a los clientes cómo reducirán las emisiones globales,
un compromiso que las políticas gubernamentales están frustrando
opinó.

“Esta es una edad de oro potencial para México”, señaló
Eaves, director de operaciones y fabricación de CW para América
del Norte. “Pero no ha evolucionado para cumplir con los
requisitos del mercado”, matizó.

Francisco Fiorentini, vicepresidente ejecutivo de la
desarrolladora del parque industrial PIMSA en Mexicali, estimó
que si la política del Gobierno no hubiera inhibido el
suministro eléctrico, la inversión extranjera en el estado Baja
California podría haber sido hasta un 45% mayor.

Mexicali se convirtió en una luz de alerta para los
inversionistas en 2020 cuando López Obrador canceló allí una
millonaria fábrica cervecera de Constellation Brands en gran
parte terminada, después de realizar un referéndum contra la
planta, argumentando que ponía en peligro el suministro de agua.

Hernández de Index dijo que Baja California y Chihuahua,
otro estado fronterizo estrechamente integrado con la economía
estadounidense, habían carecido durante los últimos tres años de
alrededor de 1.8 gigavatios de abastecimiento de energía
combinado para capitalizar la demanda existente.

México ha progresado trabajando con la academia para
acelerar la formación de ingenieros y analizando dónde las
firmas estadounidenses podrían convertir plantas de producción
para centrarse en el ensamblaje, empaque y prueba de
semiconductores, dijo Mónica Duhem, quien hasta octubre
supervisó los esfuerzos en la Secretaría de Economía para atraer
inversiones.

Pero aunque el gobernante aseguraba en privado a las
compañías que valía la pena invertir en el país, sus frecuentes
denuncias públicas contra las compañías energéticas alimentaban
las dudas, subrayó.

“Las empresas multinacionales me dijeron, ¿cuál es tu
estrategia en transición a energía renovable?”, recordó Duhem.

Hay señales de que la política está cambiando. El canciller
Marcelo Ebrard dijo recientemente que México necesitaba invertir
50,000 millones de dólares para duplicar su capacidad de energía
renovable para 2030, al discutir la inversión en semiconductores
con ejecutivos en la ciudad fronteriza Tijuana.

“Si tú no estás produciendo con energías limpias, no vas a
poder exportar a Estados Unidos”, advirtió.
(Reporte de Dave Graham; Editado por Claudia Parsons; Traducido
por Raúl Cortés Fernández)

 

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