La colonoscopia está asociada a la prevención y detección del cáncer colorrectal pero realmente esta prueba también se utiliza para diagnosticar otras patologías cuando aparecen síntomas como sangrado o diarrea crónica.
¿Y cómo se hace? Pues consiste en la introducción por el ano de un tubo flexible y delgado, del diámetro de un dedo aproximadamente, para obtener imágenes del intestino. El tubo, que consta de una lente y una luz, se dirige hasta el colon y mientras se observan las imágenes en un monitor de vídeo.
Pero no solo para diagnosticar, la colonoscopia puede ser utilizada también para para tratamientos. La prueba suele durar menos de 45 minutos, pero entre la preparación previa y la recuperación pueden ser dos o tres horas.
¿Qué preparación requiere una colonoscopia?
Antes de la acudir a la prueba el paciente deberá cumplir una serie de requerimientos previos:
Realizar los días anteriores una dieta sin fibra y beber líquidos para que el colon esté limpio. En algunos casos el especialistas puede recomendar el uso de laxantes.No se puede comer las 6 horas previas a la colonoscopia. Además, se acudir a esta prueba con un acompañante.
¿La colonoscopia duele?
Los especialistas del Hospital Clínic de Barcelona aseguran que durante la prueba el paciente no siente ningún dolor. En el procedimiento se introduce un gas en el colon (aire o CO2) con el objetivo de poder observar mejor las paredes del intestino y un anestésico general de rápida eliminación.
Durante la prueba, si se observan zonas de sangrado, se inyectan medicamentos o se sellan los vasos que sangran con cauterización. En el caso de que los especialistas localicen pólipos, se pueden extirpar durante este procedimiento.
Cuando finaliza la prueba, el paciente puede sentir calambres o hinchazón por el aire introducido en el colon. Estas molestias desaparecerán al expulsar los gases. En caso de la extirpación de pólipos se deberá seguir una dieta especial y restringir algunas actividades.
Cáncer de colon
Según los datos de la Sociedad Española de Oncología Médica, durante este 20222 los cánceres de colon y rectos serán los más diagnosticados. Por ello, la prevención, de la que la colonoscopia es una parte fundamental, es esencial para minimizar riesgos y detectar a tiempo.
De hecho, la mejora en la calidad de las colonoscopias ha permitido una mayor detección precoz de cáncer colorrectal. Este hecho es especialmente beneficioso en pacientes de mayor riesgo como los que presentan síndrome de Lynch, la forma más frecuente de cáncer colorrectal hereditario. Estos pacientes tienen un 70% más riesgo de desarrollar este tipo de cáncer.
Un estudio publicado el pasado año por el Dr. Balaguer explica que la calidad de la colonoscopia, la preparación intestinal antes de realizar la prueba, el uso endoscopios de alta definición y la cromoendoscopia (un tipo de endoscopia en la que se utilizan colorantes o filtros de la imagen para visualizar mejor las lesiones), permite una mejor detección de las lesiones pre-malignas. Además, la realización de endoscopias cada 2 años ayuda a prevenir o a coger a tiempo la enfermedad.
Prevenir el cáncer colorrectal
Antes de la colonoscopia, desde pequeños, son varias las fórmulas para prevenir este cáncer con tan alta prevalencia. Los expertos de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) señalan algunas de las pautas más saludables para nuestro intestino:
Reducir las grasas en la dieta. Aumentar el consumo de fruta y verdura e introducir cereales integrales, más saludables que los procesados. El consumo de lácteos está relacionado con un efecto beneficioso en la reducción del riesgo del cáncer de colon.Comer alimentos ricos en calcio, como brócoli o pescado, y vitamina D (huevos o pescado azul).Reducir el consumo de carnes rojas.Mantener un peso saludable. Nada de tabaco ni alcohol. Practicar ejercicio físico de forma regular.