El duelo de cuartos de final del Mundial Qatar 2022 entre los seleccionados de la Argentina y Países Bajos en el estadio Lusail fue tomando temperatura con el paso de los minutos y cerca del final del partido, se descarriló por completo. Pero lo más inaudito se dio en el medio de la escaramuza que se armó entre los futbolistas de ambos bandos y se trató del insólito objeto que le tiraron a un jugador argentino y que quedó registrado en una fotografía. Ya no era sólo una cuestión de un árbitro que mostraba tarjetas amarillas como pocas veces se ve. El conflicto entre ambos equipos se había instalado y se iba de las manos.
Transcurrían 43 minutos del segundo tiempo y Argentina derrotaba a Países Bajos por 2 a 1. Era un momento tenso del partido, y Leandro Paredes le entró abajo a Nathan Aké. El árbitro español Antonio Miguel Mateu Lahoz cobró infracción y el volante de Juventus se sacó la bronca con la pelota, pateándola de lleno al banco de suplentes neerlandés donde estaban varios futbolistas de ese equipo, pero el pelotazo impactó contra el respaldo de un asiento que estaba vacío.
La actitud del mediocampista argentino enojó a los jugadores de Países Bajos, que saltaron de inmediato sobre Paredes. Además, Virgil van Dijk lo arremetió con un empujón. Quien también la ligó fue Nahuel Molina, porque el lateral justo estaba cerca de la acción y saltó en defensa de su compañero. Pero lo llamativo llegó después: al futbolista de Atlético Madrid le tiraron con una lapicera que se dirigió desde donde se acercaron los jugadores europeos.
Todavía no se supo quién pudo haber sido el autor material, pero se supone que quien arrojó la birome habría sido alguien del cuerpo técnico de Louis van Gaal o incluso el propio entrenador. La lapicera no impactó en Molina y después de un rato de encontronazos, todo se calmó con las tarjetas amarillas que el juez español les puso a Paredes y a Van Dijk. La imagen corresponde al fotógrafo oficial de la selección argentina @tatografias.
Claramente fue un partido de mucha tensión entre ambos seleccionados. El juez Mateu Lahoz no supo llevar las riendas y eso pareció agitar aun más las cosas. Los números son impresionantes: sacó ocho tarjetas amarillas para los jugadores argentinos –además de Paredes, a Marcos Acuña, Nicolás Otamendi, Cristian Romero, Lisandro Martínez, Gonzalo Montiel, Germán Pezzella y Lionel Messi– y seis para los neerlandeses, más una expulsión de Denzel Dumfries por la segunda amonestación, aplicada en plena tanda de penales por haber ido a molestar a uno de los ejecutantes albicelestes.
En rigor, desde que se “picó” el partido hasta que los equipos se fueron a los vestuarios, ya nada resultó igual. La imagen del desenlace, con Di María, Otamendi, Paredes, Mac Allister, Pezzella y Montiel celebrando en la cara de los adversarios en el círculo cuando iniciaban su carrera festiva hacia donde estaban Dibu y Lautaro Martínez, fue el reflejo de la tensión que se vivió en un cuarto de final inesperadamente picante.
