En Juntos por el Cambio consideran “poco creíble” la autoexclusión de Cristina

Entre las tantas fotos que acumulan los presidenciables en su camino a la Rosada que incluyen recorridas, placas políticas con intendentes o visitas a otros países, sumaron la de sus equipos económicos. Para mostrarse como una alternativa de gobierno para 2023, la oposición pretendía consensuar el diseño de un programa económico que llevaría adelante quien sea el ganador. Aunque algunos todavía intentan sostener esa idea, cada uno de los candidatos armó sus equipos que actualmente se encuentran trabajando por separado.

Con el exministro Hernán Lacunza como principal referente, Horacio Rodríguez Larreta presentó formalmente al equipo que lo acompañara. Aseguró tener “un plan de desarrollo productivo” y twitteó una foto en donde se lo ve sentado con Milagros Gismondi, exjefa de Gabinete de Lacunza en la provincia de Buenos Aires, Andrés Borenstein, economista jefe de Econviews y Luis Secco, execonomista jefe del Estudio Broda y exjefe de Gabinete de Asesores del Banco Nación entre 2016-2017, entre otros.

Bullrich, por su parte, promete en sus presentaciones una “economia bimonetaria” en caso de llegar a la presidencia. Lo dijo cuando encabezó un plenario en Mar del Plata, en el coloquio de IDEA o a principio de año en la cumbre organizada por la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en la Argentina (Amcham). Hace ya un tiempo que la titular de Pro exhibe al diputado Luciano Laspina como el titular de su equipo económico en las reuniones de equipo tácticos.

Horacio Liendo, uno de los padres de la convertibilidad, es uno de los que promueve esta idea. El abogado, que dice haber hablado con varios de los candidatos Pro para acercarle su propuesta, propone declarar el curso legal del dólar para que conviva con el peso. “El dólar puede circular como moneda local. En ese esquema el tipo de cambio sería completamente libre para que se elimine el problema del control de cambio”, señala y agrega: “Al tener una moneda que compite en el mercado doméstico obliga a ser más estricto al Banco Central local”.

El exdirector del Banco Central plantea que luego de la etapa de implementación inicial, cuyas dificultades dependerán de la economía en 2023, “la moneda local se estabiliza”. “No es una dolarización”, aclara, la iniciativa por la que apuesta Javier Milei o que incluso llego a la Cámara de Diputados de la mano del legislador de Juntos por el Cambio, Alejandro Cacace.

La titular de Pro también lo habló con Carlos Melconian, quien se reunió para debatir este tema con la vicepresidenta, Cristina Kirchner. Pese a que ambos intentan contarlo entre sus equipos, Melconian se siente cómodo trabajando desde su rol como presidente del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de la Fundación Mediterránea (el think tank que sirvió de plataforma política de Domingo Cavallo) en un programa “apartidario” para presentar “a quien sea el próximo presidente”.

El economista, un líbero en la oposición, adelanta en sus presentaciones que no optaría por un tipo de cambio libre flotante como en 2015. Considera ese el mejor régimen posible pero como un punto de llegada, no de partida. Pese a haber escuchado las propuestas, consideran a la dolarización un ejercicio intelectual pero imposible de aplicar en la Argentina.

Por otro lado, están estudiando el régimen bimonetario que, para ellos, incluye al sistema bancario y al mercado de capitales. Liendo también tiene contacto con el equipo mediterráneo.

Laspina, por su parte, interpreta el bimonetarismo como “la necesidad de darle un marco jurídico al uso de dólar sobre todo en dos funciones que el peso no cumple: reserva de valor a traves del sistema financiero y los contratos a largo plazo que son cancelables en moneda de curso legal por las nefastas reformas del articulo 765 y 766 del Codigo Civil y Comercial”.

El economista, referente de los equipos de Bullrich, que también está “aboslutamente en contra de la dolarización”, enfatiza en el aspecto legal del bimonetarismo y apunta que es “parte de las reformas con la que la economía Argentina, que es de facto bimonetaria, va a funcionar mejor, pero no es el plan de estabilización”.

Desde el larretismo, en el equipo encabezado por Lacunza, aunque señalan que analizan todas las alternativas contestan que no es la primera alternativa y prefieren optar por “una politica monetaria más tradicional”.

 

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