Después de 18 años de futbolista profesional, después de acumular 41 títulos en su extenso y brillante palmarés, el mejor jugador de la historia todavía no se ha cansado de ganar. Sabe que está en la recta final de su extraordinaria carrera y saborea cada partido y cada victoria con la ilusión de un niño. Y quiere culminar su excepcional trayectoria con el único trofeo que le falta: el Mundial. En su quinta participación en la Copa del Mundo, Messi se ha puesto como objetivo el triunfo. Es un reto descomunal que le supone una enorme presión. De ahí que celebrara como lo hizo la clasificación para las semifinales tras superar a Holanda en un complejo partido que solo se resolvió en los penaltis.
Los que ahora acusan a Messi de no saber ganar deberían repasar sus casi dos décadas de comportamiento ejemplar en los campos de todo el planeta. Messi es humano. Y tiene sentimientos. Y disfruta. Y sufre. Y la tensión que soporta a veces puede llegar a ser insoportable. Pero, aún así, es un deportista modélico. Y todos sus rivales pueden certificarlo. Incluso aquellos que le han faltado al respeto. Messi no está en Qatar para caer en provocaciones o para responder a periodistas que le odian por haber sido lo que fue en el Barça. Messi está en el Mundial para ganarlo. Y emular, de esta forma, a su ídolo Maradona. Está, insisto, a dos victorias de conseguirlo.
Messi, con el permiso de la sólida Croacia, se cita en la gran final con Mbappé. El pasado y presente contra el futuro. El número 1 de todos los tiempos contra quien pretende serlo. Argentina contra Francia. La madre de todos los partidos. Antes, pero, la ‘albiceleste’ debe superar a los croatas de otro excelente veterano como Modric. Y Francia, que ayer superó a Inglaterra en otro épico encuentro digno de entrar en los anales de la Copa del Mundo, a la sorprendente Marruecos, que se deshizo de Portugal.
El Mundial afronta su fase decisiva con dos semifinales inesperadas, con Croacia y Marruecos como artistas invitados y con Argentina y Francia como favoritos. Pero nada está dicho. En Qatar’2022 se han visto sorpresas de todos los tipos… aunque tanto argentinos como franceses son teóricamente superiores a sus rivales. La presencia de dos estrellas como Messi y Mbappé aún hace más grande la diferencia sobre sus rivales.
