Leo Messi condujo a la selección Argentina hacia las semifinales del Mundial de Qatar con una magistral asistencia en el primer gol a Nahuel Molina y un gol de penalti que ponía el segundo en el marcador. Un gol que dio inicio a una intrahistoria que está dando mucho que hablar.
El 10 argentino celebró el gol imitando a su admirado Juan Román Riquelme, con la mítica celebración del ‘Topo Gigio’. Una celebración que no es casual, en el día que Messi se enfrentaba a Louis Van Gaal, entrenador que apartó y dejó de lado de malas maneras del equipo al propio Riquelme en su etapa en el Barcelona.
Tras el pitido final, Messi se acercó al banquillo del técnico holandés con el gesto de hablar, en claro signo de disconformidad con Van Gaal y su cuerpo técnico, en concreto con Edgar David, con quien se enzarzó sobre el mismo terreno de juego. A raíz de toda la historia nacen sus declaraciones post partido en las que aseguraba que “Van Gaal vende que juega bien al fútbol y empezó a meter gente alta y a tirar balonazos”.
Al contrario de lo que nos tiene acostumbrado, Messi acaparó todos los focos tras el partido, con declaraciones en contra de Mateu Lahoz y con un piqué en la zona mixta con jugadores de la selección de los Países Bajos.