La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, inmersa en una batalla interna por el control del partido tras los procesos de renovación convocados para enero, ha sido una de las dirigentes que con más rotundidad se ha manifestado este viernes en respuesta a la reforma del Código Penal que planea el Gobierno. Ha abogado por la moción de censura contra el presidente, Pedro Sánchez, aunque no se vaya a ganar. Se trata de parar los pies a quien ha tildado de “aprendiz de dictador”.
El líder de Vox, Santiago Abascal, a través de un vídeo grabado por su partido y luego distribuido a los medios, ha planteado la misma solución, aunque sin mencionar que las opciones de que cuaje son nulas salvo sorpresa gigantesca. Sánchez esta logrando que la acción de su Ejecutivo cuente con el respaldo de una mayoría parlamentaria que suele bailar entre los 180 y los 190 escaños. El ejemplo más reciente está en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2023, ya enviado al Senado. Salió de la Cámara con ese grado de apoyo.
Además, a tenor de lo dicho en días pasados por sus mandatarios, el PP no comparte la decisión y ha dado a entender que no compartirá la maniobra, si al final se plasma en el Congreso. Tanto Arrimadas como Abascal, a su manera, han lanzado mensajes de presión al partido de Alberto Núñez Feijóo.
El reglamento del Congreso marca los cauces por los que llevar la moción de censura, que es una figura constitucional. Se trata de un instrumento para “exigir la responsabilidad política del Gobierno”. Han de registrarla, como mínimo, una décima parte de los diputados para que se tramite. Con que 35 diputados, y Vox tiene 52, la firmen, suficiente para que la Mesa de la Cámara Baja la examine. Un requisito imprescindible: debe figurar un candidato o candidata a la Presidencia del Gobierno.
Una vez analizada por la Mesa, transcurrirán dos días durante los cuales otros grupos podrán presentar otras mociones, siempre con los mismos requisitos. Tras ello, se convocará una sesión plenaria para la celebración del debate y de la votación, que no podrá hacerse pasados los cinco días desde el registro de la primero. Son necesarios para que prospere los síes de la mayoría absoluta, es decir, de 176 diputados como poco. Ahora mismos, llegar a ese umbral es imposible, tal y como está configurada la Cámara.
De hecho, hace dos años más o menos, Vox presentó una moción de censura contra Sánchez. Abascal fue el candidato a la Presidencia. Perdió de modo incontestable y el mandatario socialista se encontró con una oportunidad inmejorable para que se visualizara la mayoría holgada con la que cuenta. Al PSOE lo apoyan, por regla general, Unidas Podemos, ERC, PNV, EH Bildu, Más País, Compromís, PRC, Teruel Existe…
Arrimadas, en rueda de prensa en el Congreso, ha destacado que son días “muy graves para la democracia española” por culpa del presidente del Gobierno, a quien su “ansia de poder” y su “falta de escrúpulos” está llevando a cometer ataques sucesivos contra los poderes del Estado. La reforma del Código Penal que está planteando su Ejecutivo sería una prueba más. A su juicio, “va a derogar el delito de sedición por la puerta de atrás, rebajará la malversación para que sus amigos corruptos salgan de la cárcel y asalta ahora el Tribunal Constitucional y amenaza a los vocales del Consejo General del Poder Judicial”.
Para la presidenta de Ciudadanos y diputada, “esto es un auténtico autogolpe desde el Gobierno”, lo que convierte a Sánchez ya no en un presidente, sino en “un aprendiz de dictador al que hay que parar los pies democráticamente”. Hace falta, ha añadido, una movilización democrática y social.
La herramienta más útil a corto plazo, según sus palabras, sería la presentación de una moción de censura. Ha animado al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, a que capitalice el proceso, en vez de “poner un tuit y decir que cuando gobierne cambiará todo”. El debate y la votación en el Congreso de una moción de censura tendría, además, “repercusión internacional” y daría luz a lo que está pasando, a entender de Arrimadas. No se trata de ganarla, ha reconocido, sino de obligar a Pedro Sánchez a exponer y desgranar sus planes.
Y a largo plazo será necesario, ha remarcado, un plan de reconstrucción democrática que recupere todas las lesiones institucionales que a su juicio está infligiendo el Gobierno de coalición.
“La hora de la unidad”
Santiago Abascal, por su parte, ha considerado que la reforma del Código Penal, en concreto la enmienda para cambiar las leyes del poder judicial y del Tribunal Constitucional, supone la “liquidación de los últimos vestigios de la separación de poderes”. La “alianza” con “filoterroristas y golpistas”, según sus declaraciones grabadas, está dañando de tal manera el Estado de Derecho que ha llegado el momento de que prevalezca “el sentido de Estado”.
El líder de Vox ha anunciado que este mismo viernes empezará a buscar un candidato neutral e independiente que, alejado de las consignas de los partidos políticos y con experiencia de Gobierno, encabece la moción de censura. Si la gana, será el encargado de convocar elecciones inmediatamente. “Todos los diputados deben retratarse”, ha proclamado Abascal.
Tras encontrar similitudes entre los intentos de Sánchez de acaparar el poder y la destitución del ya expresidente peruano, Pedro Castillo, el máximo responsable de Vox también ha apelado a la “repercusión nacional e internacional” que tendría la moción de censura, sobre todo porque es un instrumento que podría parar a “un Gobierno extremista que pretende perpetuarse en el poder arrasando cualquier impedimento legal y moral”. Y en un mensaje a Feijóo, ha enfatizado: “Es la hora de la unidad”.