Luis Enrique no se merecía este final. Su proyecto sigue vigente. Y tiene futuro. Mucho futuro. Pero la prematura eliminación en el Mundial le ha pasado factura. Una factura demasiado cara. El técnico asturiano devolvió la ilusión a los aficionados por la selección. Apostó por un modelo y le dotó de personalidad. España era reconocible, con una combinación perfecta entre veteranos con experiencia y jóvenes con talento. Pero a Luis Enrique le faltó tiempo. Tenía un plan y quería ejecutarlo con eficiencia a pesar de algunas debilidades del equipo, como la falta de gol. Aún así, ofreció dosis de gran fútbol y emocionó con triunfos históricos. Sin embargo, Qatar’2022 fue su tumba. El KO ante Marruecos y los brutales (en algunos casos ruines) ataques de ciertos medios de comunicación empujaron al presidente de la Federación, Luis Rubiales, a tomar la decisión que no deseaba: prescindir del técnico asturiano.
Legalmente no es una destitución. Simplemente no se le ofrece una renovación de su contrato, que acaba el 31 de diciembre. Aunque está claro que realmente es lo que parece: Luis Enrique se ha quedado sin el apoyo, hasta ahora inquebrantable, de Rubiales. Aunque el presidente sigue creyendo en el proyecto iniciado hace cuatro años y por eso apuesta por un relevo tranquilo en la figura de Luis De la Fuente, hasta ahora máximo responsable de la Sub’21. De la Fuente ya tuvo en categorías inferiores a 15 de los 26 futbolistas convocados para el Mundial, con los que ganó dos Eurocopas y logró una plata en los Juegos Olímpicos de Tokio. No tiene, por supuesto, la exposición mediática de su antecesor. Y eso, en cierta medida, resulta una ventaja: tampoco tiene los enemigos de Luis Enrique.
El ciclo de esta selección no acaba, pues, con la marcha de Luis Enrique. Jugadores como Pedri o Gavi continuarán siendo la base del proyecto. Con el mismo modelo. Y con los retoques que De la Fuente considere oportunos. Ayer escribía que España tiene futuro. Con o sin Luis Enrique. Y es que el futuro son los futbolistas. Y nadie puede cuestionar que tienen suficiente talento para que se construya con ellos una selección campeona. Esa será la misión de De la Fuente. Suerte en el empeño… Veremos si recibe el apoyo unánime de todo el entorno como solicitaba ayer el propio Luis Enrique en un impecable comunicado. Porque el peor rival de la selección no ha estado en el campo, sino en algunas emisoras de radio y ciertas redacciones…