El Tenerife logró este miércoles una reconstituyente victoria frente al Alavés que permite a los locales darse un gran respiro clasificatorio, mientras que los visitantes se vieron privados de alzarse de nuevo en el liderato.
El más que alentador arranque entre tinerfeños y alaveses presagió un choque muy contendido y, sobre todo, asequible para ambos, puesto que ninguno escatimó ni esfuerzo ni atrevimiento para marcar un tanto cuanto antes con el que encarrilar el partido.
Pero este ambicioso descaro con el que los dos equipos se aproximaban a las respectivas áreas no se tradujo en ocasión alguna de claro peligro al carecer del ineludible remate, al menos en la primera media hora de juego.
Una vez superado este primer tercio de encuentro se produjo una punible entrada de Maras sobre Enric Gallego (m.31) que acabó con el balón en el punto de penalti, pero la fatídica sanción la erró el propio delantero (m.33) al enviar el balón a los guantes de un estático Sivera.
Pero en la siguiente acometida insular el propio Gallego se resarció de su desliz anterior con una asistencia sobre Teto que, ligeramente escorado a la derecha, conectó un fuerte disparo que se introdujo en la portería defendida por Sivera.
En la reanudación poco cambió el dibujo táctico de ambos, pero sí la adelantada colocación de los visitantes, exposición que pronto le ocasionó un gran disgusto al encajar un segundo tanto que hacía así totalmente estéril la decisión de su entrenador.
Un robo de balón tinerfeño en campo propio propició un expedito ataque conducido por Waldo, que tras servir a la izquierda sobre Iván Romero lo aprovechó el atacante en la frontal del área para conectar un fuerte disparo que lo repelió el poste, pero el rechace lo aprovechó Gallego (m.50) para batir con un disparo raso a Sivera.
Este tanto casi que ahogó toda capacidad de reacción visitante, al menos hasta la recta final, en la que un tanto de Sylla desde fuera del área y con una extraña parábola (m.81) que sirvió para centrar de nuevo a sus compañeros, pero al final, este esfuerzo resultó de todo improductivo.
