El batacazo frente a Marruecos y, en general, el devenir del Mundial de Qatar 2022 puede llevar consecuencias para algunos futbolistas. En especial, los más veteranos pueden haber dicho adiós a su ciclo con la selección española. La excepción sería Jordi Alba, quien ha rendido a buen nivel y ha demostrado que aún es el mejor lateral izquierdo de España.
Alba, de 33 años, acumula ya 90 partidos como internacional y lleva una década acudiendo a las citas con la selección. Irrumpió en la Eurocopa del 2012, con Vicente del Bosque, y se ha mantenido excepto en un lapsus de tiempo en el que Lucho dejó de contar con él. El tiempo, no obstante, dio la razón al de L’Hospitalet que volvió a la Roja por la puerta grande, siendo titular en la Eurocopa del 2020, y desde entonces no se ha movido del equipo.
Ante la posible retirada de Sergio Busquets, Alba pasaría a ser el capitán de la Roja. Ya ha ejercido este rol cuando el de Badía se ha ausentado, en dos partidos de la Eurocopa por ejemplo, y se siente cómodo liderando a sus compañeros. Su buena sintonía con los jóvenes es una de las claves para encajar con este grupo. El propio Alejandro Balde, su teórico sustituto, explicó que los consejos de Jordi Alba habían sido claves para su integración en el equipo y conocer los mecanismos que debe ejercer un carrilero en la selección, que tiene matices distintos a los del Barça.
Nueva hornada
El Mundial también ha demostrado que la nueva hornada está apretando fuerte y otros veteranos están perdiendo el sitio. Koke, el tercer capitán, ha tenido un papel testimonial, mientras que Azpilicueta y Carvajal sufrieron en sus carnes como un interior, como Marcos Llorente, dejaba a ambos en el banquillo en el partido ante Marruecos. Una señal clara de que el relevo está servido y se avecinan cambios.