‘Filomena’ en versión Golfo Pérsico: hoy ha llovido en Qatar

Este miércoles fue el primer día de Mundial, 18 ya (y quedan aún 11 más hasta el día de la final) sin un solo partido de fútbol en la agenda. A un Mundial se viene, como periodista o como aficionado, a ver partidos de fútbol, pero se agradecen estos dos días de respiro entre los octavos y los cuartos de final. Sin tener que pensar a qué hora tengo que estar en qué sitio para ver a qué selección contra qué otra selección. Hay días que te despiertas por la mañana y lo piensas tal cual, no es una exageración.

Este miércoles es día, en fin, para hacer cosas que el día a día no permiten hacer. No tiene por qué ser nada extraordinario. Los cuatro enviados especiales de Prensa Ibérica, que estamos contando sobre el terreno todo lo que aquí sucede para los 25 periódicos del grupo (incluido este) no habíamos coincidido físicamente en ningún momento durante todos estos días. Al final, cuando uno estaba en el entrenamiento de España, el otro estaba en la rueda de prensa de Lionel Scaloni, otro en un autobús camino a un Francia-Australia y el otro trabajando en su hotel antes de coger rumbo a un Brasil-Camerún. Por decirlo de alguna manera.

Así que este miércoles, aprovechando el parón, hemos quedado a comer. Caminábamos felices (y algo cansados tras tanto trajín, para qué negarlo) rumbo a un restaurante indio cuando un tipo nos ha mirado con nuestra cara de extranjeros despreocupados y nos ha advertido de algo con cara muy seria, casi como si nos estuviera amenazando con la llegada del Apocalipsis, mientras miraba de reojo al cielo: “Está a punto de llover”.

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— أرصاد قطر (@qatarweather) December 7, 2022

“Fresco” a 26 grados

Para alguien que ha vivido un tercio de su vida en Bilbao, una advertencia de ese tipo es equivalente a una del estilo “hoy va a salir el sol”. Pero el hombre parecía sorprendido por nuestra indiferencia ante la información gratuita y en apariencia relevante que nos estaba proporcionando. Como cuando el otro día un taxista me dijo que hacía “bastante fresco” mientras el termómetro marcaba 26 grados.

Un vistazo rápido a la serie climática de Qatar ayuda a entender la diferencia de pareceres al respecto de la lluvia. Según el portal Weatherspark, en Qatar llueve de promedio 7,4 día al año. Entre mayo y octubre, la probabilidad de precipitaciones se reduce a entre 0 y 0,1 días por mes. Marzo es el mes con más boletos para mojarse en Doha, 1,6 días de media. Una cifra que es inferior, por poner un ejemplo, al mes con menos probabilidades de lluvia en Madrid (1,8 en julio), que no es una ciudad especialmente lluviosa. Ni mucho menos.

Decepcionante experiencia

Para un residente en Qatar, en fin, un poco de lluvia es tan impactante como una ‘Filomena’ en España. Un suceso absolutamente paranormal que merece ser advertido a cualquiera que te cruces por la calle. El caso es que, en efecto, ha llovido. Bueno, de aquella manera.

Estábamos ya sentados en el restaurante cuando hemos percibido el fenómeno. Automáticamente me he levantado y he salido a la calle. Sí, caían unas gotitas y el asfalto estaba mojado, aunque sospechoso que más por la humedad acumulada en el ambiente que por las precipitaciones en sí. Ha sido un poco decepcionante, a quién quiero engañar. Dicen que el sábado lloverá más. Alrededor de 0,9 litros por metros cuadrado. Sí, otra birria. Pero ya habrán ido descubriendo a través de estos artículos que en Qatar nada es lo que parece. Ni siquiera la lluvia.

 

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